A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 1 de noviembre de 2012

EL REPRESOR QUE MURIO SIN SER CONDENADO

AYER Y HOY DE ALBANO HARGUINDEGUY


Sin haber recibido nunca una condena judicial, pero bajo arresto domiciliario mientras era sometido a juicio, murió este lunes, a los 85 años, uno de los estrategas políticos de la última dictadura de Argentina (1976-1983), el exgeneral Albano Harguindeguy. Como en 2003, bajo el impulso del entonces presidente Néstor Kirchner, se derogaron las leyes del perdón y los indultos a los criminales del régimen militar, sus delitos se declararon imprescriptibles y entonces debieron sentarse en el banquillo de los acusados, algunos de ellos ya mayores. Es el caso de Harguindeguy, ministro del Interior durante la presidencia de facto de Jorge Videla (1976-1981), y como tal actuó como cerebro de la represión de los opositores.
“Mi problema como ministro del Interior eran los desaparecidos, era el problema más grande que tenía”, confesó Harguindeguy en el reciente libro Disposición final, del periodista Ceferino Reato. En 2003, antes de que fueran anulados las leyes del perdón del Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989) y los indultos del de Carlos Menem (1989-1999), el exgeneral oriundo de Villa Valeria (Córdoba) había declarado a la televisión francesa que no se arrepentía de su actuación.
Harguindeguy no fue juzgado en el juicio a las juntas militares, en 1985, el proceso que había impulsado Alfonsín contra los máximos jerarcas del régimen. Sin embargo, fue imputado con posterioridad por crímenes de la dictadura. Los indultos de Menem, que beneficiaron a las principales autoridades del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional y a los jefes de las guerrillas de los setenta, también libraron de las rejas al exministro.
En 2004 se presentó en la justicia para declarar por crímenes del Plan Cóndor, el plan conjunto de las dictaduras sudamericanas para eliminar opositores, y entonces el juez de la causa ordenó su arresto domiciliario. Se le acusaba de la desaparición de perseguidos por los regímenes de Chile, Uruguay y Bolivia. Desde entonces no ha podido moverse de su casa en Malvinas Argentinas, al noroeste de Buenos Aires. Solo ha debido salir en los últimos tiempos para asistir como imputado al primer juicio oral y público al que era sometido, así como también para ingresar en el hospital por su deteriorado estado de salud.
Harguindeguy murió antes de que se conociera la sentencia del juicio que por presunta asociación ilícita, allanamientos, detenciones, secuestros y torturas en la provincia de Entre Ríos. El exgeneral seguía las sesiones del proceso por teleconferencia desde una sede judicial en Buenos Aires. También se encontraba imputado en otras causas que no habían llegado a juicio: una por un secuestro extorsivo de dos empresarios y otra por los delitos de terrorismo de Estado cometidos en la provincia de La Rioja, en la que iba a compartir el banquillo con Videla.
En abril pasado, la justicia había allanado su domicilio después de que en disposición final él declarara que había elaborado su propia lista de desaparecidos, la había quemado de orden del dictador Reynaldo Bignone (1982-1983), pero aún disponía de una “carpeta chiquitita” con información. Aún no se sabe públicamente qué datos contenía.

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