No solo fue el 8N. La semana comenzó mal para el Gobierno de Cristina Fernandez de Kirchner. La basura se mantenía apilada en las calles. A unos cuantos barrios la baja presión los había privado de agua. Y el calor sin igual de este principio de noviembre seguía golpeándonos y, además,comenzaba a provocar cortes de electricidad en zonas bien pobladas : Almagro, Flores, Floresta, Villa del Parque y Boedo entre otras. Pero aún faltaba lo peor.
Y lo peor llegó en la hora pico del miercoles: un gigantesco apagón que cubrió como una alfombra 800.000 hogares , unas tres millones de personas. Colapsó media ciudad y parte del conurbano. Todas las líneas de subte y el Mitre salieron de servicio. También, 1800 semáforos. Hubo pasajeros atrapados en los vagones y en algunos puntos estratégicos, como Retiro, se armaron nudos que tardaron horas en desatarse . Con los colectivos desbordados y presos en los embotellamientos, mucha gente debió volver caminando.
El corte no respetó a la Casa Rosada. Tampoco al Obelisco, el Congreso y la Legislatura porteña. Como si gobernara otro país, el kirchnerismo mantuvo silencio stampa . Sólo habla para dar buenas noticias. El problema es que con la energía no hay ninguna que sea buena. Y después de 10 años, ni siquiera puede cargarlo a la cuenta de los malditos 90.
Bien temprano comenzaron a llegar las malas noticias para el Poder Ejecutivo. A las 8 de la mañana de aqui, 20 horas de Sydney, en la lejana Australia, el 8N ya golpéaba las puertas del consulado argentino. Esta imagen se duplicaría en varias partes del mundo a medida que el reloj ponía en sintonía con las 20 de aquí. Antes de esta hora ya el éxito de la convocatoria era rotundo. Vanos resultaron los intentos del "Yo no voy" hasta ultimo momento para neutralizar algo que resultaba imposible. Al final mascando bronca acudieron a la ironía en lugar de llamarse a silencio y aceptar la dura derrota.
A horas de la masiva movilización de protesta, el Gobierno había definido el operativo de seguridad para controlar la marcha. Y decidió proteger especialmente dos lugares sensibles que suele habitar la Presidenta: la Quinta de Olivos y la Plaza de Mayo.
A horas de la masiva movilización de protesta, el Gobierno había definido el operativo de seguridad para controlar la marcha. Y decidió proteger especialmente dos lugares sensibles que suele habitar la Presidenta: la Quinta de Olivos y la Plaza de Mayo.
Por su parte Cristina en Ezeiza donde no se refirió a la protesta, sí quiso mostrarse fortalecida en su gestión. "A no aflojar nunca, jamás, ni en los peores momentos", expresó la jefa de Estado al final de su discurso. "Porque en los peores momentos es que se conoce a los verdaderos dirigentes de un país", aseguró, mientras el palco de acompañantes la aplaudía de pie.
"Que el 8-N sea el punto de partida de la confluencia de vastos sectores de la oposición democrática en la Argentina". Puede sonar de la oposición, pero la frase es de Luis D'Elía, el dirigente ultrakirchnerista y titular del partido Miles.
A través de un video difundido en Internet, D'Elía envió un mensaje a las personas que hoy decidan plegarse en el reclamo contra el Gobierno, defendió la movilización y acusó al Grupo Clarín y a Cecilia Pando, esposa del militar Rafael Mercado, de promocionar la marcha para desestabilizar a la Presidenta. "A los argentinos que se van a movilizar, quiero decirles que están en su absoluto dererecho".
A esta hora 20.30 el 8N es un éxito rotundo en todo el país. En Olivos la residencia quedo literalmente tapada por los miles y miles de manifestantes. Ni que hablar del Obelisco
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