En tiempos de cepo cambiario, ese que no existe pero que prohíbe ahorrar en dólares y exige llenar formularios y esperar la autorización de la AFIP -en muchos casos denegada o aprobada pero para montos ínfimos- para comprar moneda extranjera para salir del país, Florencia Kirchner, la hija de la presidenta Cristina Fernández, habría pasado unas breves pero exclusivas vacaciones en París y Roma.
Según publica la revista Noticias, la hija presidencial viajó a mediados de enero y por poco tiempo: a fines del mes pasado ya estaba de vuelta en la Argentina.
Las fuentes que cita la revista dicen que Florencia viajó acompañada por su prima Romina, hija de Alicia Kirchner y el operador político Armando "Bombón" Mercado. Romina tiene 37 años y figura en el directorio de Hotesur, la sociedad que administra en El Calafate el hotel cuatro estrellas Alto Calafate, que pertenece a la familia Kirchner.
Tras unos días en París, la hija de la presidenta visitó Roma y luego volvió a la capital francesa.
En París, Florencia y su prima se habrían alojado en el De Buci, un hotel boutique cuatro estrellas del barrio Saint-Germain-des-Prés.
Aunque para no llamar la atención se habrían anotado con el apellido de Romina (Mercado), no pasaron desapercibidas por el despliegue de seguridad, ya que las acompañaban sin disimulo seis custodios de presidencia. Según Noticias, la hija de la Presidenta fue reconocida por dos contingentes de argentinos y cuando se percató de eso, trató de mostrarse lo menos posible.
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