Somos tan estúpidos que creemos que la riqueza se mide en los bolsillos, cuando en realidad ss valora en el alma. Y cuando uno acumula esas riquezas del alma, se siente millonario. “Giorgio” “Magnani, Bea, su mujer, son la caja fuerte que contiene mis riquezas. Mayordomos, “Comisse de suitte”, lavaplatos, portero atiende timbres, todo. Y si alguien vine a mi casa, ellos están -Son parte de ella, como las rosas de Lydia y los “tomates cherry” y las fotos de Valentina.
Y cuando Alfredo Peláez, que supo ser Secretario de Redacción de ese diario que el Gallego García compro, solo para darle prensa a su mujer de entonces, Ethel Rojo que debutaba en su teatro,(que también compro para ella), alegraba mi vida de “administrador” trayéndome chimentos de redacción (nadie que no paso por una sabe lo que es eso…lo que se sabe, pero por recato, delicadeza, política o miedo, no se dice en letras, pero si en palabras junto a un mate lavado.)
Y bajaba a la “pecera” llevándose mis textos trasnochados y tránsfugas, para publicar un “Lucho show” (pronúncialo chou, es mas chévere) que me hacía olvidar a que dos por dos son cuatro y me llevo dos pagare al banco por la plata que nos prestó para comprar papel a Papel Prensa propiedad de los “colegas” Clarín y La Nación, que sin papel el diario no se hace, pero se piensa, canallas y uno lo lee para adentro, que a eso jamás podrán robarlo, infames)( Me zarpe. Me fui de mambo). Y el negro Peláez, Arancedo, el loco Forgione, el Koki, eran el remanso entre tanta mierda de tratar de mantener imprimiendo y saliendo a la calle un diario, que, como no era cómplice del poder, no podía ser-.
Y entonces, cuando Peláez me trae amigos, es como volver a traerme noticias de redacción, y mates lavados ,pero deliciosos, cebados por manos de las mujeres de nuevos amigos, manos que tienen en la piel el color de la Pachamama y en el alma la riqueza de la tierra virgen.-
Que yo “los atiendo”, dice ese negro ignorante y periodista. Como no los voy a atender, mimar y amar, si me trae, junto con ellos y su grandeza, otra vez, el mate lavado y los chismes de la redacción.
Y eso me saca cuarenta años de encima y me llena de plata el alma. Soy el Pato Lucas tío rico. Y mientras me voy a bañar para sacarme de encima el olor de la leña quemando, la grasa del asado que chorrea sobre las brasas, el aliento del ajo, el picanton del chimichurri casero, Los
” Magnanis” atienden a la gente, y yo hago después una entrada triunfal, perfumado por Paco Rabanne y vestido por Cristhian Dior. (Pero falopa).Y me saco el gorro de cocinero que me pongo porque soy un payaso que avergüenza a mis hijos, que no lo pueden creer y que por eso no vienen.
Alfredo: me trajiste dos Juanes. Que no eran Juanetes, son Juanazos. Con sus dulces mujeres, sus hijos, sus nietos…un regalo, un billón más de guita dulce para mi alma.
¿Tenes mas amigos como esos? Tráelos, por favor, pero deciles que no me traigan alfajores Rio Hondeños.- Me los morfo, engordo mi diabetes y mi panza.
Voy a comprar una guitarra para tenerla acá, y un bombo. A lo mejor, si son santiagueños, se arma la peña.
Quelevachache
Soñar no cuesta nada y la vida es un sueño.
Lucho Chou
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