Los evidentes y numerosos males que nos aquejan tienen por causa la actividad incesante del clan formado por los máximos conspiradores espontáneos contra la felicidad humana: a saber, los estúpidos.
No hay que confundir a los estúpidos con los tontos, con las personas de pocas luces intelectuales...La estupidez es una categoría moral no una calificación intelectual: se refiere por tanto a las condiciones de la acción humana.
Pueden establecerse cuatro categorías morales: primero están los buenos cuyas acciones logran ventajas para sí mismos y también para los demás; después vienen los incautos, que pretenden obtener ventajas para sí mismos pero en realidad lo que hacen es proporcionárselas a los otros; más abajo quedan los malos, que obtienen beneficios a costa del daño de otros; y por último están los estúpidos que, pretendan ser: buenos o malos, lo único que consiguen a fin de cuentas es perjuicios tanto para ellos como para los demás...Y son encima más peligrosos: primero, porque no consiguen nada bueno ni siquiera para sí mismos y luego por aquello que dijo hace ya tanto el sutil Anatole France: el estúpido es peor que el malo, porque el malo descansa de vez en cuando pero el estúpido jamás. Aún peor, porque lo característico del estúpido es la pasión de intervenir, de reparar, de corregir, de ayudar a quien no pide ayuda, de curar a quien disfruta con lo que el estúpido considera «enfermedad», etc.
Cuanto menos logra arreglar su vida, más empeño pone en enmendar la de los demás. Lenin dijo que el comunismo eran los soviets más la electricidad; aquí podríamos establecer que la estupidez es la condición de imbécil sumada a la pasión por la actividad.
Carlo Cipolla
Nota: Ya publiqué esta nota hace tiempo pero vale la pena recordarla.
Los evidentes y numerosos males que nos aquejan tienen por causa la actividad incesante del clan formado por los máximos conspiradores espontáneos contra la felicidad humana: a saber, los estúpidos.
No hay que confundir a los estúpidos con los tontos, con las personas de pocas luces intelectuales...La estupidez es una categoría moral no una calificación intelectual: se refiere por tanto a las condiciones de la acción humana.
Pueden establecerse cuatro categorías morales: primero están los buenos cuyas acciones logran ventajas para sí mismos y también para los demás; después vienen los incautos, que pretenden obtener ventajas para sí mismos pero en realidad lo que hacen es proporcionárselas a los otros; más abajo quedan los malos, que obtienen beneficios a costa del daño de otros; y por último están los estúpidos que, pretendan ser: buenos o malos, lo único que consiguen a fin de cuentas es perjuicios tanto para ellos como para los demás...Y son encima más peligrosos: primero, porque no consiguen nada bueno ni siquiera para sí mismos y luego por aquello que dijo hace ya tanto el sutil Anatole France: el estúpido es peor que el malo, porque el malo descansa de vez en cuando pero el estúpido jamás. Aún peor, porque lo característico del estúpido es la pasión de intervenir, de reparar, de corregir, de ayudar a quien no pide ayuda, de curar a quien disfruta con lo que el estúpido considera «enfermedad», etc.
Cuanto menos logra arreglar su vida, más empeño pone en enmendar la de los demás. Lenin dijo que el comunismo eran los soviets más la electricidad; aquí podríamos establecer que la estupidez es la condición de imbécil sumada a la pasión por la actividad.
Carlo Cipolla
Nota: Ya publiqué esta nota hace tiempo pero vale la pena recordarla.
No hay que confundir a los estúpidos con los tontos, con las personas de pocas luces intelectuales...La estupidez es una categoría moral no una calificación intelectual: se refiere por tanto a las condiciones de la acción humana.
Pueden establecerse cuatro categorías morales: primero están los buenos cuyas acciones logran ventajas para sí mismos y también para los demás; después vienen los incautos, que pretenden obtener ventajas para sí mismos pero en realidad lo que hacen es proporcionárselas a los otros; más abajo quedan los malos, que obtienen beneficios a costa del daño de otros; y por último están los estúpidos que, pretendan ser: buenos o malos, lo único que consiguen a fin de cuentas es perjuicios tanto para ellos como para los demás...Y son encima más peligrosos: primero, porque no consiguen nada bueno ni siquiera para sí mismos y luego por aquello que dijo hace ya tanto el sutil Anatole France: el estúpido es peor que el malo, porque el malo descansa de vez en cuando pero el estúpido jamás. Aún peor, porque lo característico del estúpido es la pasión de intervenir, de reparar, de corregir, de ayudar a quien no pide ayuda, de curar a quien disfruta con lo que el estúpido considera «enfermedad», etc.
Cuanto menos logra arreglar su vida, más empeño pone en enmendar la de los demás. Lenin dijo que el comunismo eran los soviets más la electricidad; aquí podríamos establecer que la estupidez es la condición de imbécil sumada a la pasión por la actividad.
Carlo Cipolla
Nota: Ya publiqué esta nota hace tiempo pero vale la pena recordarla.

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