A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

miércoles, 28 de mayo de 2014

NUNCA LO QUISO D¨ONOFRIO A RAMON


Por Daniel Avellaneda (davellaneda@clarin.com)
Nunca lo quiso D'Onofrio a Ramón. Desde los tiempos de campaña, cuando el sillón presidencial de Udaondo y Figueroa Alcorta era una aspiración. Le marcó siempre la cancha. Y puertas adentro, en su más íntimo círculo, se habló de un plazo de seis meses. Lo deslizó el Beto Alonso en Tandil, durante la pretemporada, y tuvieron que salir a maquillar las palabras. Sin embargo, no escondía la realidad aquel furcio del "10" más emblemático de la historia de River. Ramón trató de acomodarse. Bajó el perfil, se mordió sus labios siempre picantes, dejó las chicanas guardadas en algún rincón del placard. No obstante, siempre supo que su relación con el mandamás de Núñez era un matrimonio por conveniencia.
Hasta que ganó el campeonato, esa vuelta olímpica postergada en los sombríos tiempos del descenso. Y de yapa, se quedó con la Supercopa. Fueron dos títulos en media docena de días, de la mano de Ramón, el técnico más ganador. Entonces, el Pelado dejó aflorar su verdadera personalidad. Se soltó en la charla con Clarín, hace apenas una semana: "Si querían una demostración, yo ya la di". Y fue aún más desafiante en la larga entrevista: "Les voy a contar algo. Tenemos una reunión pendiente con D'Onofrio y Francescoli. Y un consejo que le puedo dar al presidente y a la Comisión Directiva es no quedarnos con lo que hicimos porque las exigencias en River son muy grandes (...) Hasta que no me junte con los dirigentes, no podemos ser más explícitos. Pero los voy a aconsejar de la mejor manera. Ellos tendrán su idea, yo tengo la mía".
En esa idea de Ramón habitaba un plantel reforzado, sin las bajas de Lanzini, Alvarez Balanta o Vangioni, los jugadores con cartelito de venta, y con refuerzos. En la cabeza de los dirigentes, había otra postura que D'Onofrio propagó en los últimos días: darles cabida a los juveniles y apostar a la venta de futbolistas para equilibrar las finanzas. Bajo esta coyuntura, Ramón evaluó los costos y decidió pegar un portazo. Sabe que se va cargado de gloria, con un "je" escapándosele de la boca. Cuidando su prestigio. Exponiendo a los dirigentes que nunca lo veneraron y que, así y todo, respiran aliviados porque se sacaron un peso de encima. Habrá que ver si el efecto residual de la renuncia del Pelado no se transforma en un boomerang. Dependerá, claro, de que continúe brillando la banda roja...

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