Se cumplen 55 años de la goleada 5-1 del Real Madrid a Peñarol, en la definición de la primera Copa Intercontinental. Olé te cuenta cómo fue el duelo inaugural de esta competencia mística, que ponía cara a cara al campeón de América contra el de Europa.
Los casi dos días de turbulentos vuelos en aviones de hélices le daban al certamen esa inequívoca esencia de aventura por el mundo. Todo ese tiempo era necesario medio siglo atrás para unir América con Europa, en lo que significaba una verdadera odisea aérea. Y en el partido fuera de casa, todavía con el sistema ida-vuelta (recién en 1980 quedó Tokyo como única sede), el equipo foráneo se sentía realmente visitante. Eso pueden jurar los jugadores del Peñarol de 1960, que hace exactamente 55 años fueron vapuleados 5-1 por el Real Madrid en la definición de la primera Copa Intercontinental.
Según testimonios de aquella tarde-noche del 4 de septiembre en Madrid, el marco escenográfico superó a los Mirasoles. Si no, resulta difícil encontrarle explicación al avasallamiento del que fueron víctimas los uruguayos en esa jornada negra, tratándose casi del mismo equipo que un mes antes le había hecho sentir al Merengue en la ida (0-0) la tan característica garra charrúa, en el Centenario de Montevideo. En la revancha, ante el delirio de 120 mil fanáticos en el Bernabeu, apenas nueve minutos le alcanzaron al Real para ponerse 3-0 arriba, con dos goles de Ferenc Puskás y uno del argentino Alfredo Di Stéfano.
Chus Herrera (44') y Francisco Gento (51') marcaron los otros dos tantos del equipo español, que tenía en el arco a Rogelio Antonio Domínguez, nacido en Parque Centenario y con pasado en River, Dock Sud y Racing. Por su parte, el saladillense Carlos Linazza era una pieza inamovible en el mediocampo de Peñarol, que llegó al descuento a 10 del final mediante Alberto Spencer. Igual, la historia del primer duelo transatlántico ya estaba sentenciada
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