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Miguel Ángel Biagioli, "Kike" Carabajal, Raúl Ledesma, Horacio González y "Pica" Reynolds |
La ultima vez que nos vimos fue en la celebre parrillada, La Estancia, en calle Lavalle de Capital Federal, donde compartimos un almuerzo. Nos reímos a mas no poder, recordando viejas anedoctas de viajes, que tenían como epicentro, las carreras de autos. Nunca supimos que ese mediodía primaveral nos estábamos despidiendo...que nunca mas nos veríamos, después de haber compartido gran parte de nuestra juventud tras una pasión los autos de carrera. Junto a "Titi" Cervera, jefe de fotografía de El Liberal, el recordado "Pilongo" Gomez, primero, y "Bochin Ahuat, despues, acompañates, nos recorriamos el pais, a lo largo y ancho, con mas menos que mas, como amigos, periodistas y hasta haciendo las veces de auxilio en los Grandes Premios y las inolvidables "Vuelta del Norte". Yo en Mar del Plata, el rotando por el norte hasta que hecho raíces definitivamente en Santiago, en el 2013 luego de mucho buscar conseguí fortuitamente su celular. Y hablamos. De ambos lados fue una emoción enorme. Me hablo muy bien de mi sobrino, Pablo Pelaez, "Ese chango nos paso el trapo a todos...tiene un futuro sin techo". La comunicaciones se repitieron.Una de las ultimas le dije: Piojo cuando vaya a Santiago, tomamos un café. "Por un café ni vengas...mínimo un asado" y largo su contagiosa carcajada.
El año pasado estando en Santiago intente verlo. No pude, estaba enfermo en cama. No quise molestar. Otro día y ese otro día nunca llego. La ultima imagen que guardo es el abrazo en Carlos Pellegrini y Lavalle. Me quedan las historia vividas que intentare resumirlas. Hoy el querido Piojo es un grato y querido recuerdo, que seguirá viviendo en mi mente y en mi corazón. como el "Yeye" Colucci, su eterno rival.
Fue ciclista, corrió en karting, motociclismo en donde fue subcampeon argentino y campeón del norte. Siempre a fondo con su Pumita en el ovalo de la cancha del viejo Club Santiago o en el Parque Aguirre. Catalfamo, Cura, Kiko Gonzalez, por nombrar algunos siguieron los pasos del "Piojo". Despues llego la epoca del Turismo Nacional y corria en la clase A con un Renault Gordini, que el preparaba en el estaconamiento de Rumie, creo que era en la calle Absalon Rojas:"Piojito yo te voy a comprar un Formula 1 para que corras, y seré tu acompañante", solía decirle el turco, que luego Bagioli repetía en ruedas de amigo con su particular gracia. Un dia fue a visitar a su gran amigo Cabra Jorge, que estaba internado con una pierna quebrada, hizo un amague para irse y volvió sobre sus pasos con un cigarrillo prendido, se le coloco entre los dedos de su pierna enyesada y se fue. Todavía se escuchan los gritos de "Cabra" llamando a la enfermera. Ese era el "Piojo", burlisto, cómico, con una pierna mas corta que la otra, producto de un accidente en moto, pero el primero en estar cuando algún amigo necesitaba ayuda.
LA CATEGORIA B
Llego a la categoría intermedia del Turismo Nacional con un Fiat 128 IAVA que pusieron en sus manos los hermanos Allub, en esa época su principal sponsor. Con ese auto corrió varias Vueltas del Norte, carreras zonales y Grandes Premios de la Republica Argentina, con suerte dispar, siempre entre los diez o quince de arriba. Es que el "Piojo" no se guardaba nada...siempre a fondo, destruía los autos. En esa época había que estar muy loco para acompañarlo. Fue "Pilongo" Gomez, uno de sus primeros acompañantes. Pilongo, odiaba el fútbol y viva automovilismo, las 24 horas. Era el mas informado en Santiago, sabia resultados de aquí y de allá. Iba a todos lados con su destartalada radio portátil con la que se ingeniaba par escuchar todos los programas de automovilismo. No sabia leer hojas de rutas, se guiaba por los tendidos de la luz o cables telefónicos y las cruces (la cantidad era la velocidad que tenias que entrar a la curva). Era a pura intuición. En esos tiempos estaban de moda las hojas de rutas del marplatense el"Bicho" Del Buono, tenerla era un lujo que pocos podían dárselo, por su costo.
En una Vuelta del Norte, alla por los 70, "Piojo" corría con su Gordini, el acompañante "Pilongo". La etapa era Tucuman-Catamarca. Titi Cervera comenta la noche anterior: "Bueno mañana estaremos pasando Las Lenguas y haremos un asadito". Rapido Biagioli: "La etapa es larga tiren un par de choripanes". En esa época maravillosa del automovilismo las carreras se la seguía por radio, que colocaba puestos móviles a lo largo de la etapa que daban los pasos de los autos. Con Titi envolvimos los chori, lo atamos a un hilo y con un palo, cuando paso el Gordini, Pilongo saco medio cuerpo por la ventanilla y manoteo los sándwich. Después el Piojo nos diría: "fueron lo mejores chori que comí en mi vida...teníamos un hambre". Luego llegaría el turno de "Bochin Ahuat en la butaca derecha. Vueltas del Norte, carreras zonales, dos Grandes Premios por el sur, un abandono por vuelco, con el auto convertido en chatarra y la vuelta a casa. Paramos a comer cerca de Bahia Blanca, el auto de carrera a remolque. La gente que se arremolina para chusmear. Sale el "Piojo"y le preguntan. ¿Que paso?. "Volcaron en el Gran Premio". ¿Y los pilotos?. "Se mato...muchachos tapen bien que se le ve la cabeza".Y hace que llora desconsoladamente. "¿Que le diremos a su madre...casi ni cabeza tiene". Los curiosos retrocedieron espantados, algunos hasta se persignaron. Nos vamos...otra del "Piojo".
Se corria la doble Frias. La largada era en cercanías del Barrio Autonomía. Dago Diaz con un flamante Peugeot 504, largaba en la clase mayor, a los pocos metros en plena recta vuelca sin consecuencia. Se la dejan servida al"Piojo": "Dago volco en punto muerto"
Pasaron los años, las carreras, las anedoctas, hasta que se armo el "Janovich Competicion". El Pelado, jefe de equipo y preparador, pilotos "Toti" Farina en la "C"con un Fiat 125, Biagioli en la "B", con 128 IAVA, dos mecanicos, "Titi"y quien esto escribe, prensa. La idea era buena, pero tuvo poco vuelo. Era encarar el campeonato argentino en pista. La primera en el autodromo de Buenos Aires. Janovich y Farina por su lado; el "Piojo" un mecánico y yo por el otro llevando a tiro al auto de Carrera. Demoramos tres dias en llegar a Buenos Aire, hasta paramos en un campo en Santa Fe donde habia corridas de galgo. Nos instalamos en el autodromo en una casilla rodante. Todas las noches asado con las presencias de el Nene Garvia Veiga, Carlos Marincovich, Pairetti, entre otros. Iban mas allá del asado, que solían llevar ellos, a escuchar los cuentos del "Piojo", lo que se hizo una costumbre en todas las carreras.
A los pilotos le daban sslo un día de entrenamiento en la pista. Farina y Biagioli querían mas. Había un sereno muy responsable, hasta que cayo en manos del Piojo, le invito asado con buen vino, el hombre se macho y se dio el siguiente dialogo:
Piojo: Te gusta ser banderillero?
Sereno: Essss mi sue...sueño hermano
Piojo: Toma esta banderilla y te nombro jefe de pista...anda párate allá y dirigí a esos dos autos.
Sereno: Gra...gracias hermanito.
Y asi Farina y Biagioli pudieron girar a la madrugada en el circuito, mientras el sereno le seguía dado al tinto y agitaba su bandera.
De vuelta, estábamos por proximidades de James Craik, en Cordoba. Era de tarde, en la ruta en sentido contrario, habia dos señoritas y un tercero que estudiaba para mujer. Paramos y nos dijeron que iban a tal pueblo. No muy lejos. Dimos a vuelta, la llevamos y retornamos a James Craik, ya de noche. Fuimos a una casa con muebles, pero deshabitada, sin luz. Estamos en la tarea de conseguir una vela cuando cayo la policía alertada por vecinos que notaron en la casa movimientos extraños. Plena dictadura. Menos las chicas y el aprendis, los santiagueños a la comisaria. En minutos el "Piojo" copo la partida. Los cuentos no faltaban, el mate tampoco. Despues de dos horas, el comisario que no paraba de reirse nos dijo: "Buenos muchachos, Santiago los espera". Tomo la palabra Miguel Angel y señalo: "Comisario las chicas estaban por contarnos un cuentito, podemos volver y después nos vamos". "Vayan y pasen por aquí, sino tienen apuro preparo unos churrascos...Sabes mas cuentos?
"Pilongo" Gomez no solo era su acompañante y amigo, también su partener. Cuando iban en auto de calle en una ciudad que no fuera Santiago, el "Piojo" paraba a un peatón y en jerigonza como lo hacia a menudo, le preguntaba algo, como el hombre no entendía se acercaba cada ves mas un "Pilongo" que sabia lo que se venia, comenzaba a implorar: "Señor....señor no meta la cabeza al auto porque este loco le va a pegar una cachetada". Y Biagioli era asi. con quien esto escribe no era necesario hablar. Sobraba una mirada. Una noche se corría en el viejo autodromo de Tucuman. Las cosas entre el y el catamarqueño, el Gringo" Vazquez no estaban bien. Ya en plena carrera me fui para el lado de la olla. El "Piojo" tenia mas motor que el "Gringo", y en lugar de irse se venia conteniendo. Lo espero y en medio de la olla hizo centro en la puerta derecha del auto del catamarqueño. Lo espere y casco en mano venia caminando a boxes, lo mire fijo, bajo la cabeza y me dijo: "Ya se, escribe lo que quieras...me mande una cagada". Al dia siguiente fue al diario: "Lo merecia...pero no tanto".
En estos días de dolor hable con la menor de sus hijas, Reyu (tuvo 6 hijos de distintos matrimonios). Habia cumplido 75 años el 25 de mayo pasado. Estaba cansado de vivir, sufria mucho sus problemas cardíacos. Se fue traquilo y en paz. Pidio no ser velado y cremado. Al no ver crematorio en Santiago, ni en Tucuman, lo llevaron a Salta, en el avión de su yerno. Sus cenizas fueron arrojadas desde el aire...Y el "Piojo" se hizo pájaro y voló como lo hacia en moto o en auto, solo que en esta oportunidad no lo esperaba la bandera a cuadros...lo esperaba la eternidad.
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