A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

miércoles, 7 de agosto de 2019

CASUALIDADES BIEN POCOS CASUALES

EL PAPA FRANCISCO CONTINUA RECIBIENDO ATORRANTES, AQUI CON EL JUEZ K GUERRERO

Por Ricardo Roa
Hay casualidades tan casuales que enseguida dejan de serlas. En las últimas horas surgieron varias, lo que tendría poco o más bien nada de casualidad porque tanta junta no podría ser muy casual.
- Primera casualidad. Empezó en Mendoza el juicio del morboso Caso Próvolo que involucra a varios curas y hasta a dos monjas acusados de abusar sexualmente de una veintena de chicos y adolescentes sordos confiados a sus manos para ser cuidados y enseñados.
El caso tiene repercusión internacional. Los abusos de sacerdotes católicos no son novedad. La novedad es que se los juzgue acá, donde la Iglesia siempre los ha tapado. El inculpado principal es el sacerdote italiano Nicola Corradi, de 83 años, que había sido denunciado como abusador serial en Verona, ciudad en la que el instituto Próvolo que depende del Vaticano tiene su sede central.
El mensaje del Papa y el juicio del caso Próvolo es tan casual como el fallo del juez Gallardo
¿Y cómo actuó la Iglesia? Mandó a Corradi a la Argentina, donde siguió su espantosa seguidilla. Era comienzos de los 70 y era la práctica usual de la Iglesia: encubrir a los pedófilos trasladándolos de un lado al otro. Corradi estuvo en La Plata casi 20 años y fue otra vez denunciado. Nada: pasó a Mendoza con el cargo de director del Próvolo de Luján de Cuyo.
Por una denuncia, en 2016 la justicia mendocina ordenó el cierre del instituto y la prisión de Corradi y otros doce sospechosos. Algunas de las víctimas sólo pudieron contarlo con señas y no les creían. Doble vejación. El fiscal del caso dijo que buscó ayuda en la Iglesia. No la consiguió: “Se presentaron dos enviados del Vaticano y les pedimos información. Nunca contestaron
Horas antes de que empezara el juicio en Mendoza, el papa Francisco decidió pronunciarse sobre los abusos en general. Dijo que comprendía “el dolor” de los sacerdotes que “se sienten atacados y culpados por crímenes que no cometieron”. Y que la Iglesia trabaja “para garantizar que la cultura del abuso no tenga tiempo para desarrollarse, y mucho menos continuar”. El problema es que la cultura del abuso ya se desarrolló y produjo daños que no pueden repararse. En el Vaticano niegan que el mensaje del Papa y el juicio en Mendoza estén vinculados. O sea, pura casualidad.
La teoría de la casualidad está extendida. Justo una semana antes de las elecciones, el inefable juez Gallardo decidió cerrar las actividades de las tres principales empresas de delivery de la Ciudad y ordenó a la policía que hiciera cumplir la medida.
Gallardo es un juez militante a la caza de espacio en los medios. Y lo ha conseguido a rolete con sentencias surrealistas, como la de prohibir “toda actividad comercial de baile con música en vivo o actividad grabada”.
Nada falta en los shows de Gallardo. Frenó una playa de estacionamiento, intervino al SAME, clausuró la Rural, prohibió encender el cartel de Coca Cola en el Obelisco, se metió en el Normal 1 y multó a Macri, su archienemigo. Hasta promulgó un subsidio mensual a hijos de los cartoneros, como si fuera un legislador.
Un clásico es que los fallos de Gallardo sean inmediatamente apelados y anulados. Pero esta vez con las apps de delivery no ha sido así. Y más allá de la búsqueda de protagonismo, en su fallo el juez prueba que estas empresas se cuelan por un resquicio legal para operar sin costos laborales en una actividad de riesgo para los motoqueros.
Dan trabajo a muchos sin trabajo pero no se lo dan de la manera como la legislación impone que se lo den. Hace falta una nueva regulación. Con los delivery no hay casualidad.

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