En una insólita admisión de debilidad, el Gobierno acaba de garantizar un fracaso a futuro: la imposibilidad de prevenir la delincuencia. La ex juez y flamante interventora en el Servicio Penitenciario Federal, María Laura Garrigós de Rébori anunció: “El día que salgamos de la cuarentena, es posible que tengamos un pico de delitos contra la propiedad, por la situación económica”. La afirmación de Rébori, fundadora de “Justicia Legítima”, la agrupación kirchnerista que aspira a copar el Poder Judicial, es extraña porque, además de predecir una mayor ola de delincuencia, la funcionaria sabe ya que esos delitos serán contra la propiedad y acepta, a priori, que el Estado será incapaz de adelantarse a los delincuentes y acaso de perseguirlos y castigarlos.
Entre otros, el Código Penal define los delitos contra la propiedad como aquellos que atentan contra el patrimonio de las personas o que lesionan su derecho a la propiedad, e incluye en esos delitos al robo, al hurto, la extorsión, la estafa y también la apropiación indebida “(…) total o parcialmente de la posesión o tenencia de un inmueble (…)” La advertencia de Rébori remite de modo inevitable a la dramática reflexión que hace nueve meses hizo Miguel Ángel Pichetto, que de kirchnerismo entiende un rato. Pichetto, que en setiembre pasado era candidato a vicepresidente de Mauricio Macri, también previó delitos contra la propiedad si triunfaba el kirchnerismo: “Los que tengan una vivienda de más, que tal vez consiguieron con el ahorro de toda una vida, si tienen una casa y un departamento, el departamento lo van a tener que entregar a la revolución”.
Al parecer, hablaba en serio, porque aclaró: “No se sabe bien qué revolución imaginaria quieren construir en el siglo XXI, con ideas viejas que atrasan ochenta años”. ¿Son esos delitos que tipificaba Pichetto los que avizora, con cierta resignación, la ex juez Rébori, una reputada figura del Derecho? La buena noticia es que es una suerte que el alerta provenga de ella. En otras bocas, las mismas palabras podrían sonar a instigación.
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