A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

domingo, 30 de agosto de 2020

QUE HAY DETRAS DE UNA RARA FOTO EN OLIVOS


Por Ricardo Roa

La foto tiene una semana. Y a la velocidad con que corre la política, ya podría ser vieja si no fuese por quiénes están en la foto y por las cosas que dice la foto. Descripción: la esposa de Hugo Moyano, Liliana Zulet, la primera dama Fabiola Yañez, Alberto Fernández, Moyano y su hijo menor, Jerónimo. Casi una foto de familia, tomada en la quinta de Olivos durante un encuentro con asado y larguísima sobremesa.
Hay ahí dos datos a la vista. Uno: nadie guarda la distancia ni usa barbijo. Los cinco burlan las consignas que todo el tiempo el gobierno le pide cumplir a la gente. El otro dato es un nuevo encuentro de Fernández con Moyano, que recuerda al de abril cuando lo elogió como a un prócer.
Lo que no está visible es que la foto es un mensaje sin decir que es un mensaje de protección presidencial a los Moyano. La pata de la sota empieza a verse no bien se sabe que el interesado en difundirla no fue el gobierno sino alguien que no está en la foto: Pablo Moyano, que la tuiteó.
¿Y cuál es el interés de Pablo? Está hasta las manos en una causa que mezcla violencia y corrupción en Independiente, donde es el vice. Una parte de la investigación ha sido cerrada y elevada a juicio: directivos y barrabravas están acusados de integrar una asociación ilícita. Pablo podría seguir el mismo camino. Volverá a ser indagado la próxima semana. Había declarado hace casi dos años y el fiscal pidió entonces su detención que el ex juez Carzoglio rechazó.
Como en otras causas a ex funcionarios kirchneristas, el proceso se paró después del triunfo de Fernández. Pura casualidad. Jugó un papel clave el fiscal general Enrique Ferrari, ahora suspendido y que fue puesto por Julián Alvarez, secretario de Justicia de Cristina. Ferrari corrió a los fiscales que investigaban a Moyano y le dio el caso a alguien de su confianza, Elvio Laborde, de Avellaneda.
Entre las pruebas reunidas por los fiscales Scalera y Rossi que volvieron a la investigación, está la confesión de la empresa que imprimía entradas truchas para la barra. Moyano usó al jefe de la barra, Bebote Alvarez, para apartar a Javier Cantero de la presidencia del club. Apartar quiere decir apretar. El negocio: entradas, operaciones financieras, publicidad, viajes al exterior y unos cuantos etcéteras.
La sociedad marchaba viento en popa hasta que a Bebote se le ocurrió ir por más. Una especie de vamos por todo en chiquito. Quiso tener su propia agrupación dentro del club, aspiración de todo buen barrabrava: terminar como dirigente. Moyano primero demoró el pedido y luego se lo impidió, cambiando el estatuto. Bebote rompió la sociedad.
Alvarez se convierte en arrepentido y le cuenta a la Justicia. Suma en ese operativo a su segundo, Damián Lagaronne, que es una historia dentro de esta historia. Su abogado era Facundo Melo, un sacapresos que se hizo agente de los servicios. El narcotraficante Verdura Rodríguez lo acusó de haberlo contratado (es una manera de decir) para poner una bomba en la casa de José Luis Vila, un cuadro histórico de Inteligencia del radicalismo.
Melo arregló que su cliente Lagaronne declarase como arrepentido y como los jugadores que cambian de club, después arregló con el abogado de Moyano, Daniel Llermanos, lo contrario: que denunciase al fiscal. Y por poco casi lo consigue: el barra dijo que sí pero al final contó todo, lo mismo que había contado Bebote.
Así, con los enredos de un caso enredado, llegamos a la foto que de casual o familiar no tiene nada y que de mensaje tiene mucho.

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