Por Ricardo Roa
Lo esencial no siempre es invisible a los ojos. Al menos dos muertos quemados, unas 300 familias afectadas, casi 8.000 hectáreas incendiadas. La sospecha de incendios intencionales y la sospecha de que posiblemente nunca se sepa nada más. Esto es lo esencial para la mayoría de la gente. No para una parte de la política como tampoco lo son las piedras contra la combi del presidente en Lago Puelo.
Lo esencial para la política, una política que se soporta cada vez menos y huele cada vez peor, es la pelea por las candidaturas para las legislativas de este año en Chubut. También, el manejo de la caja con muchos millones de ayuda dispuesta por la Rosada para municipios de la zona.
Entre las cosas que hemos comprobado con este episodio es que el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, existe. Nos enteramos que existía porque cayó ahí por una cuestión más política que de medio ambiente: los intendentes de Lago Puelo y El Hoyo, los lugares más afectados, son camporistas como él.
Cabandié se presenta como un funcionario militante y sorprende cuando usa eso que se llama lenguaje inclusivo. Al toque, aparece el gobernador Arcioni que anuncia el paquete de plata prometido por Fernández y aparece el propio Fernández, que avisa al gobernador que ha decidido ir para allá.
Acuerdan el itinerario. Fernández llega en helicóptero a El Bolsón y parte en combi para Lago Puelo. También llega Arcioni y antes, los ministros que se juntan en una escuela a la espera de Fernández. Pero Fernández cambia de ruta y termina en el centro cultural, donde ha hecho cuartel general Cabandié.
Lo han decidido con los intendentes de Puelo y de El Hoyo y el diputado Igón, de La Cámpora, que maneja la ANSeS de Esquel y nació en Mercedes como su amigo, el ministro del Interior Wado De Pedro.
Arcioni se entera del cambio siguiendo la caravana presidencial. Nadie le ha dicho ni mu. Quien está al tanto de todo es su enemigo local, el presidente del PJ Carlos Linares, que no vive en paz desde que Arcioni lo venció en 2019. Los dos son de Comodoro Rivadavia. Arcioni fue vice de Das Neves y candidato a gobernador a la muerte de Das Neves. Llegó por Massa, su principal socio político.
La comitiva queda desprotegida por el volantazo: la Policía ha sido desplegada para custodiar un camino que no recorrerá. Aunque Chubut es un lugar complicado, tampoco ha enviado gente la Casa Militar, que maneja el coronel Guglielmi, cercano a Zannini. Es el mismo que acumula el acierto de los barrabravas paseantes por la Rosada como Pancho por su casa en el velatorio de Maradona.
Los que no se confunden son los militantes antiminería que vienen de Bariloche y El Bolsón y van directo al Centro Cultural, donde son corridos por otros no confundidos: la patota de la UOCRA traída desde Esquel para ofrecerle al presidente el combo tradicional de bombo y marcha. Sin policías, Fernández queda a tiro de los violentos. Viendo cómo se ponen las cosas, pega la vuelta.
Y viendo cómo las cosas repercutían, De Pedro, el ministro que debe cuidar la relación con los gobernadores, tuitea a favor de los funcionarios de La Cámpora y contra Arcioni con un argumento increíble: dice que no estaba prevista la presencia del gobernador.
Por debajo está la pelea de Igón y Linares contra Arcioni por las bancas en el Senado. Por arriba, Cristina que necesita no perder ni media banca en octubre. ¿Y los incendios? Bien, gracias.
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