A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 12 de marzo de 2024

MILEI Y SU MEDIO BIDON DE NAFTA


 Por Eduardo Van Der Kooy

¿Importa la democracia o el sistema político que imagina Javier Milei, si es que los imagina? ¿O la necesidad de un cambio que demanda la Argentina para dejar atrás la postración condiciona todo lo demás? Una y otra cosa deberían ser complementarias. No existe aún seguridad de que vaya a ser así. Tal dilema quedó instalado en la escena pública después del mensaje del presidente libertario en el Congreso, donde se erigió como vector excluyente para un nuevo rumbo de la historia.

Aquellos interrogantes encontraron correspondencia en formalidades que caracterizaron la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Rémoras de un pasado reciente. Todo planificado cuidadosamente para que nada incomodara a Milei. Los legisladores libertarios, que son muy pocos, diseminados en el recinto para aplaudir, cada tres o cuatro párrafos, las intervenciones presidenciales. Los palcos colmados de invitados propios y militantes para ovacionar al líder y acosar a “la casta”, tantas veces mencionada en el discurso.

Las imágenes de la cadena nacional cumplieron con un objetivo similar. Los visibilizados fueron solo los legisladores libertarios y los militantes de los palcos. Ninguno de Unión por la Patria, tampoco del radicalismo, apenas del PRO y del peronismo federal. Las cámaras se anclaron en los ministros según la temática y los logros resaltados por Milei en sus 84 días de gobierno. Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad, resultó por lejos la más beneficiada. Mensaje tal vez cifrado para Mauricio Macri. Espectáculo que tendría poco que envidiar a los tiempos del reinado ruinoso de Cristina Fernández y La Cámpora.

Con esos recursos coreográficos y un mensaje contradictorio que se ensañó con “la casta” a la cual finalmente convocó para un futuro pacto nacional, Milei se apropió de la centralidad absoluta. Minimizando incluso la módica movilización de la izquierda que se juntó frente al Congreso para cuestionarlo. El kirchnerismo desapareció rápido en el epílogo. Prefirió no exponerse ante la opinión pública. La oposición moderada (PRO, radicalismo, Hacemos Coalición Federal) resaltó el coraje presidencial, aunque prefirió archivar reservas sobre sus modos. La solicitud de republicanismo, tan escuchada en los últimos años, pareciera haber entrado en modo pausa. Como una paradoja o reflejo de la precarización política, se escucha de vez en cuando en boca de dirigentes kirchneristas. La Argentina patas arriba.

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El Presidente enumeró una por una las leyes que enviará al Congreso.

Esa precarización política, habrá que admitirlo, ha sido en estos primeros meses muy bien usufructuada por Milei. Diseñó imaginariamente un modelo que enlaza dos puntas: la comunicación del poder con la opinión pública que todavía, en volúmenes significativos, le guarda fidelidad. De esa forma viene sobrellevando su debilidad sistémica y surfeando todo lo que puede las exigencias de la institucionalidad.

También cuenta con ayudas inestimables que jamás desaprovecha. Uno de los dos tramos más sustanciosos del mensaje fue cuando realizó una tomografía del Estado. Revelando la cantidad de privilegios políticos y la existencia de organismos fundados quizás en buenas intenciones, pero degenerados con los años. Los ejemplos sobran. Basta con citar uno: el cierre del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) creado en 1985. Su presupuesto del 2023 fue de $ 1.400 millones. Solo el pago de salarios insumió $ 1.280 millones. Terminó gastando $ 1.900 millones.

Milei tampoco se esforzó por evitar los primeros desafíos públicos. Hace dos semanas desconcertó al gremio ferroviario cuando no dictó la conciliación obligatoria en la huelga de 24 horas que desquició a millones de usuarios. Tres de los siete gremios aeronáuticos, comandados por kirchneristas, paralizaron el miércoles último el tráfico aéreo luego de una negociación a la que decidió colocar fin Luis Caputo, el ministro de Economía. Se avecina un paro de transporte en el Interior y el primero de los docentes nacionales, bajo la batuta del inefable Roberto Baradel. Uno de los seis nombres propios que incluyó en su discurso. Lastres del pasado que el Presidente deja correr bajo el cálculo de que le resultarían políticamente redituables para fortalecer la clientela que apostó por el cambio.

Tampoco le convendría cebarse. Podría reparar en la experiencia que tantas veces relató la diputada y aliada del PRO, María Eugenia Vidal. Como gobernadora de Buenos Aires (2015-19) decidió confrontar con los docentes en una puja que nunca tuvo fin. A ese problema adjudicó gran parte de su derrota frente a Axel Kicillof. El asunto no radica únicamente en el grave perjuicio educativo que sufren los alumnos. La falta de clases impacta además en la organización familiar. A Baradel podría importarle poco. La irresolución del pleito suele engendrar un mal humor general que termina derramado también sobre las autoridades.

La descripción de Milei sobre el Estado y la corrupción contó fortuitamente con otros pilares. Regresó al primer plano la causa por la obra pública a raíz de la cual se pidió seis años de prisión para Cristina. La Cámara de Casación Penal rechazó recursos de la ex presidenta para que fueran recusados uno de los jueces, Diego Barroetaveña, y el fiscal Mauro Villar. Con motivo de una revelación periodística de Clarín resultó imputado el ex presidente Alberto Fernández. Se lo responsabiliza de la contratación irregular de los seguros del Banco Nación para la administración pública a través de un gestor privado. El libertario hizo expresa mención al tema en su discurso, aunque evitó mencionar al mandatario como lo hizo con Cristina, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Pablo Moyano y Juan Grabois. Pudo haber sido producto de un gesto de rara sensibilidad en él: tuvo amable intercambio de chats con Alberto mientras estuvo en Madrid.

La herramienta de la comunicación en redes constituye, sin dudas, una de las fortalezas de Milei. Pero afronta dos problemas. Perderá sentido si, en algún momento, su gestión no redunda en alguna mejora de las ahora malísimas condiciones de vida de la sociedad. Se le podría volver en contra, incluso, si persiste con la virulencia y la ofensa. Un aspecto que ha estado conversando con su numen, el joven Santiago Caputo. ¿Era necesaria la inmoralidad a la que apeló para acorralar al gobernador Ignacio Torres, durante la pelea por fondos coparticipables? . ¿Hacía falta agitar en su discurso un episodio de la vida privada del ex mandatario de Jujuy, Gerardo Morales, para condenar al radicalismo? . La interpelación no convalida, de ningún modo, el exceso cometido en la provincia del Norte contra personas que enlodaron a la familia del caudillo.

Esos aspectos que pueden añadirse a otros son los que envuelven en la duda el modelo de democracia que imaginaria Milei. Tres veces, en su hora y pico de mensaje, aludió al “periodismo ensobrado” o contra quienes presuntamente han reaccionado mal por la supresión durante un año de la pauta publicitaria oficial. ¿A quiénes referiría? ¿A aquellos que ejercen con derecho una mirada crítica, como siempre debe ser? ¿O a otros, convertidos en esta época en exégetas?. Sería aconsejable que limpiara ese terreno cenagoso.

Su frenesí habitual incorporó conceptos llamativos. Aseguró que “no gobiernan para ser populares”. Aunque su anclaje sigue siendo aquel 56% del balotaje con el cual permanece obsesionado. Afirmó además que no piensan en “réditos electorales”. Declaró al Financial Times que las reformas económicas podría hacerlas ahora sin la colaboración del Congreso. Otro cantar sería cuando, a juicio suyo, triunfaría en las parlamentarias del 2025.

Esa teatralidad posee, sin embargo, límites que parece reconocer. No estaría en condiciones de regalar nada. Se ocupó durante la semana en armonizar sus bloques de legisladores que viven en una intriga constante. Le dedicó al ingresar al Congreso un abrazo largo y emotivo a Victoria Villarruel. Con la vicepresidenta vienen jalonando diferencias. Pero la mujer ha mostrado destreza y sentido político en el manejo del Senado. Donde en cualquier momento puede debatirse en Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que precedió a la fracasada Ley Omnibus.

Con la misma lógica, luego de denostar a “la casta”, terminó proponiendo el que llamó Pacto de Mayo. Una forma de intentar una recomposición con los gobernadores y la dirigencia política en general. Fue el único momento de distensión parcial en el recinto. “Vino con un bidón de nafta, pero sólo decidió volcar la mitad”, ironizó uno de los diputados colaboracionistas.

Aquella propuesta tiene sus bemoles. Propuso la firma de 10 puntos que nadie atina a descifrar si serían para aceptar en silencio o abiertos a un debate. Puso como condición que previamente la Ley Omnibus sea tratada de nuevo en el Congreso. Tras lo cual se avendría a considerar algún alivio fiscal para las provincias.

Requerirá para esa tarea de funcionarios dúctiles, que no tiene muchos. La idea del Pacto nació del mundo íntimo en el cual se montó Guillermo Francos, el ministro del Interior. Colaboró desde afuera Cristian Ritondo, el jefe del bloque del PRO, con quien almorzó la semana pasada. El ex ministro de Seguridad de Vidal escuchó una descripción realista de Milei sobre los meses que vienen. Lo repitió en su discurso: no serán nada fáciles.

La sede elegida para la firma de aquel Pacto refundacional tampoco resultó una casualidad. Córdoba es la provincia que mayor caudal de votos le aportó a Milei. Martín Llaryora, su gobernador, uno de los hombres que más lo toreó desde que se conoció la Ley Omnibus. La fecha elegida (25 de Mayo), amén de su contenido patriótico, encierra otra particularidad: figura dentro de las previsiones oficiales de otro trimestre difícil. Parece un objetivo próximo, aunque se trate en la Argentina de una eternidad.

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