A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 14 de marzo de 2024

Secretos y silencio de Chiqui Tapia en AFA


 Por Gonzalo Abascal

Chiqui Tapia reunió el lunes en Ezeiza a dirigentes de 28 clubes de la Liga Profesional, entre ellos a muchos presidentes, los agasajó con un asado con él sentado a la cabecera y los hizo sonreír en las fotos, para decirles de buen modo lo mismo que su mano derecha, el tesorero Pablo Toviggino, grita con signos de admiración y mayúsculas de tono amenazante en X: “El QUE MAS PIDE-MUERE PRIMERO”.

Toviggino, hasta hace unos días empleado de alta categoría en la Cámara de Diputados contratado por Sergio Massa, es menos político que su jefe Tapia (aunque hay dudas sobre quién es jefe de quién), y a la hora de “apretar” a dirigentes y entrenadores esquiva las sutilezas: los amenaza de muerte (deportiva, elegimos creer).

Lo saben Carlos Tevez, a quien hace unos días escrachó con una supuesta dificultad en el examen en la escuela de técnicos, la Brujita Sebastián Verón y el presidente de River, Jorge Brito, a quien “matoneó” por la osadía de criticar la organización de los campeonatos con casi 30 equipos en Primera División.

El tesorero de la AFA muestra una particular fijación con la muerte, a la que recurre en X como recurso persuasivo de las voces críticas. Hombre de extremos, entre reposteos de la cuenta del Papa Francisco que invitan a la concordia, y de la cuenta “Perón, el legado” que reproduce frases históricas del General (algunas de las cuales no invitaban a la concordia, vale decirlo), se despacha con chicanas que buscan silenciar y disciplinar cualquier disidencia.

“Todo libremente! Rápido toman un micrófono, insultan, desprestigian y agreden verbalmente justificando sus errores. Sienten que tienen la impunidad para hacerlo? Cuando es del lado propio, el silencio los expone! Todos esos, sin pedir, igual se van a Morir Primero. Te lo prometo!”, apretó en octubre pasado.

El lunes Chiqui Tapia cambió las formas pero no el fondo. Al contrario, lo agravó.

Frente a los cuestionamientos justificados a los arbitrajes, con el partido entre Independiente y Barracas Central como último ejemplo de sospechas extendidas, el pésimo comportamiento del árbitro Dóvalo al insultar a un futbolista, y los cruces entre Tevez y el propio Toviggino, el presidente de la AFA no tuvo mejor idea que reclamar silencio, puertas cerradas, y la cancelación de cualquier discusión pública.

No es lo mismo que matar, claro, pero en términos expresivos se le parece bastante.

“Si quieren hablar de los árbitros, acá, a todas las reuniones viene Beligoy. Me llaman, levantan el teléfono y hablan conmigo. Tienen alguna duda, la seguimos entre todos...”, fue el mensaje de Tapia.

Es decir, Omertá pura y dura (el código mafioso que prohíbe hablar de las actividades fuera de los miembros del grupo) disfrazada de buenas intenciones y espíritu de camaradería. Secretismo para acrecentar las sospechas.

Lo opuesto de lo que necesitan el fútbol y el arbitraje argentinos, que sufren de un problema primordial: falta de credibilidad.

Para recuperarla se requiere transparencia, decisiones abiertas a las miradas de los hinchas, discusiones públicas. Todo lo que Tapia y Toviggino intentan gambetear.

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