A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

lunes, 13 de febrero de 2012

UNA CIUDAD DENTRO DE OTRA CIUDAD

El actual mercado fue inaugurado el 15 de febrero de 1936, en el mismo sitio que ocupaba el antiguo mercado fundado por el gobernador Absalón Rojas, y fue construido durante el gobierno del doctor Juan B. Castro. El edificio, obra del ingeniero Jorge Kalnay,  posee una bóveda paraboidal de cien metros de largo por 28 metros de ancho y 17 de altura; al costado de la misma dos naves con techos planos que totalizan 45 metros de frente. Tiene además dos plantas y casi 300 puestos interiores y 35 locales de comercio con salida al exterior.
En la planta baja se encuentras las instalaciones de los puestos de comercio minorista y la playa de los mayoristas de carne en donde se realizan las operaciones de venta, está instalada la cámara frigorífica, una fábrica de hielo, la sala de máquinas, los puestos para la venta de carnes, verduras, frutas, despensas y panaderías. Los locales con salida exterior dan sobre las calles Pellegrini, Absalón Rojas (ahora peatonal) y Tucumán.
La galería cubierta, destinada a la venta de productos agrícolas, puestos para pescados, aves, animales de caza, cabritos, comidas y productos regionales, se encuentra en el primer piso. También se encuentra allí una cámara frigorífica para aves, huevos, leche, verduras y frutas; y las oficinas municipales y dependencias.
Años atrás el Mercado Armonía era una ciudad dentro de otra ciudad. Resultaba difícil ver en sus veredas a  aristócratas de Santiago. Ni al celebre "Pucho" Salvatierra , su escenario era el Centro de Viajantes. El Mercado Armonía era para gente de clase media para abajo. Lugar de reunión de campesinos y personajes santiagueños. La actividad comenzaba muy temprano y finalizaba pasado el mediodía. En esa época no existían peatonales y el Pasaje Castro era lugar de carga y descarga.
En esa ciudad dentro de otra ciudad vivían "Pedrito Tocador", Tusito, Taro Argañaraz , Paulino, entre tantos otros personajes que le daban una pincelada de humor a las mañanas santiagueñas. En un rincón de la entrada por calle Absalon Rojas estaban los vendedores de revistas viejas, donde era posible el 2x1 o bien comprar los Paturuzito, El Tony, Dartagñan o novelas de amor o del lejano oeste por monedas. También por Absalon se ubicaba un personaje que no se sabia si era hombre o mujer, con su cajón de lustrar, que manejaba los carros tirado a caballo con gran maestría. En la esquina de Tucuman y Pellegrini al lado de Casa Barrio, solía existir un frutería famosa, que a las bananas, manzanas, naranjas, mandarinas, etc  las envolvían con papel de diario, y hasta la ataban. A mitad de cuadra por calle Pellegrini estaba la salida del camión de los bomberos. En la vereda por Tucuman había bares, mientras que por Absalon Rojas se ubicaban las vendedoras que llegaban desde las orillas o del campo con gallinas, patos, cabritos, vivos y muertos. En lo locales de afuera sobresalían las casas de ropas por lo general regenteada por nuestros queridos "turcos". En el interior mas allá de las frutas, verduras y carnes , en el primer piso se compraba por "montoncito", ya sea de ajo, pimientos, zanahorias, tomates, etc. En el primer piso sobre el Pasaje Castro se compraba cabritos, viscachas, y se ubicaban las ocoteras, que vendían todo tipo de menudencias. Las artesanías como canastos, mates, etc era posible conseguirlo en planta alta que daba a calle Tucuman; sobre Pellegrini los dorados y bagres.
Pero si algo era celebre en el Mercado Armonía era los sandwiches de milanesas y los puestos de comida con la famosa sopa para la compostura. Hasta allí llegaban los borrachines y amanecidos en busca del milagroso plato que los devolviera a sus cabales.
Roberto Vozza nos comenta: un emblema del mercado son los puestos de comidas modestos y concurridos donde abunda el olor a aceite frito de las celebres milanesas. Hay gente que las saborea a las 8 de la mañana en lugar del café con leche o matecocido. Las milanga vienen acompañadas con todo tipo de aderezos donde se incluye el aji "puta parió". Además en el mercado se encuentran otras comidas regionales como las chuletas de pescado frito a la harina que no dejan de ser una tentacion y un cometido medio agresivo para el hígado. Hoy el mercado luce mas modernizado por imperio de que los puesteros decidieron agruparse en una cooperativa y realizaron trabajos de refacción y modernizacion sin perder su clásico estilo. 
El que tenia que comprar iba al mercado; "llevas un peso y traes el vuelto" se solía decir antes. El que no tenia nada que hacer también   elegía el mercado. Era un lugar de encuentro. Hoy ya no es lo mismo. El viejo Mercado Armonía le abrió sus puertas al progreso. Hoy es posible ver a los aristócratas santiagueños pasear por el lugar.

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