Por Roberto Vozza
1937. Los hermanos José F. L. y Antonio Castiglione ya eran dueños del diario “El Liberal” que adquirieron a su fundador, don Juan A. Figueroa.
A Santiago no había llegado aún el “boom” de la radio, y ellos lo decidieron. Fueron en consecuencia los gestores de lo que hoy se da en llamar, multimedios. En septiembre de ese año, en los altos del matutino se montó la emisora: L.V.11 Radio del Norte. Sus primeros locutores, Fidel Oubiña, Dorio Dante Otinetti, Rodolfo Scillia y Pedro Vozza Solá.
El primero y el último trabajaban como cronistas en el diario. Oubiña era oriundo de Rosario. Se radicó en Santiago para formar su familia y ya venia mostrando sus dotes de locutor, con una muy buena base cultural. En los atardeceres del Santiago de entonces, el “Gallego” tenía una propaladora con parlantes en la Plaza Libertad, por donde pasaba noticias. Habia fabricado una bocina de cartón con la que con su propia voz emulaba el sonido una sirena a modo de presentación o toque de atención de sus noticiarios.
Lo incorporaron a “El Liberal” para constituirse en el referente de la página de deportes, y en sus incursiones en la radio, hacía lo propio dando vuelo a su gran imaginación.
Los domingos concurría a una cancha para cronicar el partido mas importante de la jornada futbolística de la entonces Liga Cultural. Y a las 7 de la tarde, con todos sus apuntes y discos para efectos sonoros, comenzaba “la transmisión” del cotejo que habia visto horas antes.
La audiencia de Santiago tenía entonces su cita imperdible con el futbol con Fidel Oubiña realizando la narración del cotejo como si estuviera en vivo. Era un relato compendiando las mejores jugadas, a las que añadia sus comentarios y naturalmente la emoción de los goles, con los efectos sonoros que se emitìan desde el control.
Allí demostró Oubiña su capacidad como un autentico adelantado en la radiodifusión santiagueña, que igualmente plasmó en otros acontecimientos deportivos de trascendencia y que fueron mérito para llegar a la dirección de la emisora. En esta función ratificó sus condiciones al promover una interesante programación y contribuir a formar la camada de nuevos locutores que hicieron memoria en el tiempo de la hoy desaparecida Radio del Norte.
Cuando las radios fueron nacionalizadas durante el primer gobierno de Perón su función al frente de la emisora santiagueña concluyó y pocos años después, dejó de existir a raíz de una grave enfermedad.
Fidel Oubiña fue un autentico pionero de la radiodifusión, por la que puso su inteligencia, decisión y una autentica pasión como pocos, y por lo cual se erige en ejemplo para las generaciones de los comunicadores sociales.
En el día mundial de la radio, cabe para él justicieramente su evocación y homenaje.
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