A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

miércoles, 6 de junio de 2012

CASOS Y COSAS DE MAR DEL PLATA


                MANDARON  DIPLOMÁTICOS  JAPONESES  A  LA GAYOLA 
Eran los primeros años de la dictadura militar. En Mar del Plata se realizaba la Conferencia Mundial del Agua de las Naciones Unidas, con la presencia de Ministros plenipotenciarios,  funcionarios y expertos de todo el  mundo.
En momentos de la organización previa, conjuntamente con miembros del Servicio de Informaciones del Estado (SIDE), al Coronel a cargo del entonces  GADA 60l, que tenia a su cargo la “Seguridad” del magno evento,  se le ocurrió la idea de hacer recorrer todos los lugares nocturnos, boites y demases de Mar del Plata, confeccionando una planilla, con destino a un libro-guía de servicios recomendados, negocios en que los titulares se comprometían a llamar a un Teléfono especial  ante cualquier inconveniente surgido con algún  diplomático delegado identificados todos con credenciales con foto colgando de las solapas. Ante cualquier llamado  de inmediato partía un móvil dotado de  un traductor/a oficial y custodios  que procedían a solucionar el entuerto, cualquiera fuera. En especial, copas de más en boites de Constitución u otros lugares  non-santos de la ciudad
Se confecciono, así, un libro “blanco” de los comercios que aceptaban las normas y habían proporcionado un listado de personal, cuidadosamente controlado.
Y había un libro negro, con expresa  mención que tal comercio no era recomendable, no debía ser visitado y que, las autoridades argentinas y la UN no asumían ninguna responsabilidad ante  problemas surgidos  con el uso de esas ofertas de bienes y servicios incluidos en la  ignominiosa lista  negra. Ambas, eran distribuidas a los funcionarios de Relaciones Publicas de cada delegación, para conocimiento de todos los delegados.
La lista negra contenía, entre otras, la mención de un Cabaret que funcionaba  en  un subsuelo de la Avenida Colon  casi Buenos Aires, frente a la Plaza, dotado de señoritas profesionales y  travestís, especialmente traídos de la Capital  Federal  para  el magno acontecimiento.
Un día antes de la inauguración oficial,  había arribado  una nutrida delegación  del Japón, procedente de Tokio previa  escala de un día en Paris.
Seguramente motivados por lo” pecaminoso” de una lista negra, esa misma noche, sin avisar a nadie, cruzaron caminando  del Provincial a la Plaza, pasaron a los pies  de Peralta Ramos le hicieron un guiño a Don Cristóbal y cruzando la calle se sumergieron en el cabaret.
Serían como las cuatro de la mañana, cuando en la oficina de los servicios de Seguridad montada en el Provincial, a cargo del Coronel, sonó la alarma. Había problemas “con unos japoneses en un cabaret”
Y el”problema” era muy simple. Los japoneses se negaban a pagar la abultada cuenta, argumentando que, apenas dos noches atrás, en  el Lido de Paris,  habían tomado el mismo Champán  francés, y pagaron menos de la mitad (en dólares) de lo que les pretendían cobrar..
El dueño del cabarute ya había llamado a sus amigos de la Seccional Segunda, que, con un móvil presuroso llegaron con  dos  efectivos que procedieron con la rutina de pedir documentos, palpar de armas, y  aprietes  similares. Mientras tanto, impasibles, los japoneses  seguían negándose  a pagar la abusiva cuenta.
Pedido de envío de un micro para detenidos (los japoneses eran como treinta), por parte de los bisoños oficiales y el delegado que hacía de “lenguaraz” con su rudimentario castellano, ante el intento de forzarlos a salir del local rumbo a   la cafúa, dijo:
“No problem…nosotros vamos pero…señoritas también” señalando a las chicas a quienes la cosa ya no les parecía  tan divertida.
Y allá fueron todos, delegados y señoritas, a falta de espacio en el bondi, sentadas en la falda de los divertidos nipones.
Ya estaban  por ficharlos y hacerles tocar el pianito, cuando llega a la Seccional  la brigada al rescate.  Autos, sirenas ululando, motos, civiles y uniformados, un bolonqui precioso tipo  “FBI en acción”  para una plácida madrugada marplatense.
Comisario que llega, despertado de apuro- Hubo  explicaciones, reverencias, disculpas, mas reverencias, mas disculpas y una fila de limusinas negras en la puerta de la calle, con ostentosas banderas argentinas  y estandartes de las Naciones Unidas  sobre guardabarros delanteros.
Si nosotros  nos vamos, señoritas también” dijo el lenguaraz de los japoneses, que se acomodaron en los vehículos llevando cada cual su ocasional pareja  rumbo  a un desfile surrealista.  Recorrieron media Mar del Plata. Villas, barrios, pensiones  de La Perla.  En cada domicilio, la procesión de limusinas  se detenía, se bajaba el japonés  cuya “pareja” llegaba a su domicilio, y con reverencias y “harigatos”, iluminados por un sol naciente, pero de acá, parecían extras  que filmaban  una película de Fellini.
Finalizado el reparto de señoritas se fueron al Hotel,
Terminaron tomando champán con medialunas en la confitería  del  primer  piso del Provincial, mirando el sol levantarse sobre el mar, y comentando, con risatas en japonés, la noche divertida (y gratuita)  pasada en su primer día en “la feliz”
Quelevachaché
Lucho Martines Tecco

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