AQUI DUERME UNA ARGENTINA QUE SE CREE LA DUEÑA DEL PAIS |
AQUI DUERME OTRA ARGENTINA QUE NO ES DUEÑA DE NADA |
Una vez más, Cristina Kirchner eludió asitir a la cena que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, brindó a sus colegas que durante toda está semana darán sus discursos de Estado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta vez, tenía una cuestión de agenda: a la misma hora en que esta se producía, la mandataria inauguraba en el consulado argentino en Nueva York, la muestra Evita, Passion and Action, que contiene originales del pintor que más le gusta a la mandataria como Daniel Santoro, y otros muy ingenioso como el Eva Test, del dibujante Miguel Rep.
Ante las decenas de consultas de la prensa, los hombres de la Presidencia nunca dijeron ni que sí ni que no aceptaría la Presidenta el convite de Obama, al que asistieron varios de los presidentes que estaban en Nueva York, entre ellos el español Mariano Rajoy. Fue en el hotel Wardolf Astoria y su contenido se mantuvo en estricto secreto, según consultó Clarín al gobierno estadounidense, responsable de esta Asamblea. En esta cena, como en casi todas, los presidentes suelen hacer lobby, y “sociales”.
En cuanto a la Argentiina, a decir verdad, con la zizagueante relación del país y los Estados Unidos, y el Gobierno bajo la lupa crítica de los organismos financieros y las potencias centrales a raíz de los conflictos comerciales y las expropiaciones de empresas como YPF, la Presidenta es reacia a estos encuentros. También lo era su marido, el ex presidente Néstor Kirchner, quien no asistía a encuentros como éste. Siempre había alguna razón-excusa.
-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+
-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+
Anoche, tras su encuentro con el magnate George Soros, Cristina llegó radiante al Consulado. Fue cerca de las 20 horas, ya era de noche. La Presidenta seguía respetando su luto, pero de su blusa destacaban unos brillos de mostacilla impresionantes. Los empleados del consulado igual estaban muy nerviosos, porque el foco de la entrada a la sede no funcionaba y hubo que recibirla así, a oscuras: periodistas de un lado y público del otro, y entre estos, los mozos y el dueño del restaurante Boca Juniors, y el de la parrilla Buenos Aires, sitio que no se perdía el matrimonio presidencial en sus viajes a Nueva York.
-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+-+
Ni la cronista de la Televisión Pública ni una amable periodista con tonada venezolana. El cepo a la opinión presidencial sobre ciertos temas sensibles se mantuvo cerrado en Estados Unidos. La prueba se sumó anoche, en el consulado argentino en Nueva York, donde Cristina Kirchner recorría una muestra sobre Evita.
Mientras la Presidenta intercambiaba algunos comentarios con el notero del programa CQC, y con Clarín como testigo, una periodista de la TV Pública se le acercó y le preguntó: "¿Presidenta, nos puede adelantar su discurso de mañana en la ONU?". Silencio oficial durante unos segundos, hasta que Cristina le propuso: "Escuchame mañana".
Disconforme con la invitación, la enviada de la TV Pública insistió con la pregunta y agregó: "Por favor, es para la Televisión Pública". Ahí la Presidenta se enojó un poco más y le explicó que "cuando no se habla no se habla, ni para la Televisión Pública ni para nadie". En paralelo, sin embargo, lo hacía con otro notero.
La periodista del canal oficial no se quedó conforme y la volvió a abordar, aunque cambió de tema; la consultó sobre una de las principales dudas del viaje: si habría o no reunión de cancilleres de Argentina e Irán. Ahí la Presidenta la miró fijo y se inquietó: "¿Otra vez?".
No hay comentarios:
Publicar un comentario