Por Juan Gómez
Una bella
historia que merece ser contada, como ejemplo para los jóvenes humildes y a
veces sin posibilidades u oportunidades para la movilidad social, que a veces
tanto hablan los políticos y que muy poco hacen. Y que tienen que ver como en
este caso con “uno mismo” Hoy a los chicos y chicas les cuesta entender
este desafío.
Se trata de
Blanca Caro Lemos, una santiagueña de Cartavio, departamento Figueroa en el
mapa de Santiago del Estero. Recientemente fue noticia con el regreso de la Fragata Libertad. Ocurre.
Integró el grupo de oficiales y suboficiales que partieron hacia la ciudad
africana de Ghana.
Cartavio, es
un pequeño pueblo que cuenta ahora con
una posta sanitaria y una planta potabilizadora de agua por ósmosis inversa.
Representa la última tecnología en purificar el agua domiciliaria. Incluye un
tanque de almacenamiento presurizado y una canilla metálica cromada. Es ideal
para zonas donde existe contaminación como es el arsénico, común en Santiago
del Estero. ¿Cómo funciona? El sistema
de tratamiento consiste en un proceso físico-químico por el cual el agua
es filtrada por una membrana permoselectiva en determinadas condiciones de
presión, temperatura y la adicción de productos químicos. La resultante en este
proceso la convierte en apta para el
consumo humano. Blanca, cuando vuelva a Cartavio se encontrara con estas
novedades.
Sus estudios
Y cuando
vuelva algún día, sin dudas encontrara o le parecerá un Cartavio diferente,
pero no distinta. Ella hoy es un modelo a imitar, una invitación a los jóvenes
santiagueños que “si yo quiero” se puede. Los estudios secundarios lo realizo
en el colegio Trejo y Sanabria de Suncho Corral. Un colegio que en su
momento significo una verdadera
revolución. Su creación hizo posible que innumerables chicos y chicas del
interior de Santiago del Estero, sin horizonte cierto, de pronto encontraran el
camino de la superación. Cuanto pasaron por sus aulas, que hoy la honran como
este caso de Blanca, como maestros para
el interior, profesores, diputados, senadores, jueves, médicos, abogados. Sin
este colegio, hoy muchos estarían condenados a la nada. Esta historia de marina
Blanca Caro Lemos cubre de una legitima satisfacción y orgullo, no solamente a
los docentes del colegio Trejo y Sanabria, sino también extensivo a sus
habitantes. Un nuevo mensaje para
quienes todavía dudan de la educación y el sacrificio que significa conseguir lo que uno quiere.
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