A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

domingo, 10 de marzo de 2013

COMO SE ENTRENAN LOS PERROS ANTIDROGAS



Los perros que utiliza la policía para buscar droga son drogados y padecen una especie de síndrome de abstinencia que los empuja a buscar estupefacientes. Se trata de una verdad revelada, una de esas que nadie confirma pero todos saben. “Los perros están fa-lo-pea-dos”, repiten todos. Bueno, no. Parece que no es así, que ésa “certeza” se derrumba. “Cualquier veterinario puede decir que si a un perro uno le da cocaína se muere en el acto”, se encarga de aclarar el subdirector de la delegación marplatense de Drogas Ilícitas,Alejandro Da Silva.
La experiencia con los perros antidrogas en Mar del Plata resultó por demás favorable esta temporada.Kiara, una labradora negra, y Rubia, una golden, fueron las protagonistas en decenas de operativos que se realizaron en los puntos de acceso a la ciudad, fundamentalmente en la zona de la estación Ferroautomotora.Marihuana, cocaína, LSD, pastillas: encontraron de todo.
Sin embargo, el 1° de marzo las dos perras volvieron a La Plata, a su hogar. En Drogas Ilícitas de Mar del Plata confían que en poco tiempo más la delegación de canes antidroga les envíe un perro que se quede definitivamente aquí. Había uno: Ícaro. Pero, según explica Da Silva al programa Causa Abierta de Radio Brisas, “se dispersó en su entrenamiento” y ahora está en una etapa de reentrenamiento.
Entonces, ¿cómo se entrena un perro antidroga? El proceso comienza con una camada de cachorros. Actualmente, las razas más utilizadas son Golden Retriver y Labrador porque son las “más juguetonas”. El más “inquieto” de esos cachorros será el seleccionado para convertirse en un integrante de la fuerza policial. Es que los perros no sólo colaboran: tienen un legajo, una asignación de alimentos y visitas periódicas al departamento de veterinaria.
El subdirector de Drogas Ilícitas cuenta que para formar a un perro antidroga la base de su entrenamiento es el juego. “El primer mito que hay que desterrar es que los canes son entrenados en base a drogas. No ingieren, no aspiran, ni se les inyecta ningún tipo de droga”, remarca y aclara que el mismo entrenamiento se usa para los perros entrenados para buscar personas y explosivos.
“Son entrenados en base a juegos. Él está jugando cuando está realizando el trabajo, busca su juguete”, señala.
Los primeros meses de vida, el perro tendrá un único juguete: el “chorizo”, le dicen en la jerga. Se trata de un trapo que el animal se acostumbra a buscar en los lugares que su entrenador lo oculta. Al final del día tiene su premio: encuentra el chorizo y pasa un largo rato jugando con él.
Cuando la rutina ya está aceitada (suelen pasar varios meses), ese chorizo comienza a ser rociado consustancias que imitan el olor de las drogas, especialmente marihuana y cocaína hasta que se acostumbra a perseguir esos olores.
“Si nosotros convocamos para hacer un allanamiento a las 18, faltando unos minutos el guía empieza el juego y termina mientras estamos trabajando”, resume Da Silva.
La rutina de estos perros no es sencilla. Él y su guía tienen jornadas agotadoras de cuatro o cinco horas de juego diario, que no pueden evitarse pues si se “relajan” dejan de ser eficaces para combatir el narcotráfico.
Eso sí, bien entrenados imponen respeto. Basta una muestra: durante el verano una de las perras que trabajaron en la ciudad señaló insistentemente una campera. Los efectivos la revisaron una y otra vez sin hallar nada, hasta que el propietario confesó: “Como vi que estaban los perros en la terminal, me fumé un porro antes de venir. Pero no traje nada, eh”. (Enviado por Julio Muñoz)

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