A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

sábado, 2 de marzo de 2013

FIESTA KIRCHNERISTA CON LOS QUE APLAUDIERON A OTROS PRESIDENTES



Por Santiago Fioriti
Estaba Hebe de Bonafini ubicada en un palco con vista directa a la Presidenta, con el filósofo Ricardo Forster parado a su izquierda y el empresario periodístico Sergio Szpolski apenas dos metros más allá, a su derecha. Estaban Andrea del Boca y Darío Grandinetti,excéntricos: se pasaban el mate, hacían chistes, ella se quitaba la transpiración con un abanico rojo y él se entretenía con los vecinos de palco, desde sus colegas Federico Luppi y Esther Goris hasta Luis D’Elía, Emilio Pérsico y “El Chino” Navarro, de quienes sólo los separaba una columna. Estaban los jóvenes de La Cámpora, de Kolina, los caciques del conurbano que ya aplaudieron a otros presidentes y los intendentes de la nueva era, mezclados. Los deportistas K y el poderoso Guillermo Moreno, devenido en un auténtico showman.
El secretario de Comercio abría las palmas de las manos para agitar los cánticos, se golpeaba el pecho, inflaba piñatas y distribuía el cotillón anti-Clarín y hasta se detenía para tomar lista: “Che, no veo a De Mendiguren ni a nadie de la UIA. ¿Qué está pasando?”.
Era la previa de la sexta presentación de Cristina frente a los legisladores, el rito que cada primero de marzo, desde la Reforma Constitucional de 1994, deja inauguradas las sesiones ordinarias en el Congreso. Demasiadas presentaciones como para que el oficialismo se perdiera de hacer lo que hizo: montar la escena cuidadosamente, todo bajo el folclore habitual de sus actos –de campañas y de gobiernos– y sin ningún detalle que pudiera estorbar a la Presidenta o a sus hombres. Tanto que Amado Boudou encontró respiro: esta vez no cayeron desde las gradas los billetes de cien pesos con su cara y la leyenda “Boudou miente”.
Sí se filtraron, en cambio, boletas con la cara de Daniel Scioli, presentado como candidato a presidente por el Frente para la Victoria, y la leyenda: “El verdadero heredero de Kirchner”. Scioli, en todo momento pegado a Ricardo Lorenzetti, dio que hablar en los pasillos cuando Cristina, antes de retirarse, dejó ver junto a varias carpetas que había usado en el discurso una que prefirió guardar y que se titulaba: “Deuda pública de la provincia de Buenos Aires”.
El jueves la diputada del PRO Laura Alonso había dicho que las galerías del Congreso iban a ser colmadas “por aduladores pagos” y decidió no asistir. El reclamo también se oyó de boca de radicales y peronistas disidentes: no habían recibido entradas para sus invitados. Elisa Carrió, otra ausente, disparó: “No se puede uilizar un acto institucional como un espectáculo en una cancha de fútbol”.
A los kirchneristas no les opacaba la fiesta ninguna frase opositora. “Esto es un orgullo”, soltaba D’Elía. “¡Grande, Luis!. Pienso lo mismo”, celebraba Mercedes Marcó del Pont y le estampaba un beso.

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