Por Francisco Perejil
El discurso de tres horas y cuarenta minutos que pronunció el viernes en el Congreso la presidenta Cristina Fernández con motivo de la apertura del año legislativo contenía 25.907 palabras. Y ninguna de ellas fue inflación. Ese problema que ocupa los primeros puestos entre las preocupaciones de los argentinos y cuya manipulación estadística ha provocado una amonestación del Fondo Monetario Internacional hacia el Gobierno argentino no fue mencionado.
A lo largo de una alocución que podría ocupar 44 folios mecanografiados a un solo espacio, Fernández esquivó también la mención de una de las medidas de su Gobierno que más afecta a la vida de los 40 millones de argentinos: lacongelación de precios en las principales cadenas de supermercados y electrodomésticos, vigente durante dos meses y hasta el próximo 1 de abril. La presidenta nunca se ha referido en ninguno de sus discursos a esa medida, claramente vinculada a la inflación. Tampoco ha explicado nunca qué objetivos persigue con ella.
La palabra crecimiento, sin embargo, la sacó a colación 25 veces y desarrollo, 22. A Néstor Kircher lo nombró 14 veces por su nombre, una como "un hombre", y diez veces como él. Con su recuerdo comenzó su discurso y con su recuerdo lo terminó:
Él luchó y se fue por eso. Y todos debemos, los 40 millones de argentinos, hacer un inmenso esfuerzo por no volver nunca más a ese lugar horrible del que él nos sacó. ¡Muchas gracias!
La tragedia de la estación ferroviaria de Once, donde murieron 51 personas el 22 de febrero del año pasado, no fue mencionada, aunque los familiares de las 51 víctimas denunciaron en el primer aniversario el "silencio" del Gobierno. Solo hizo uso una vez de la palabra tragedia, pero fue para referirse al atentado del centro judío de la AMIA. Y accidente lo pronunció en dos ocasiones, pero en ambas se refería al de "un alto horno de la empresa Siderar".
Tren apareció dos veces: una para aludir al Centro de Convenciones en la vieja estación de trenes en Santiago del Estero ("que inauguré) y la otra para anunciar que, gracias a la compra que se ha hecho a una empresa china, "el Mitre y el Sarmiento" -este último es el tren del accidente- "van a estar totalmente renovados con sus vagones nuevos".
Expresiones con el verbo inauguar -"me tocó inaugurar", "las vamos ainaugurar"...- o el sustantivo inauguración fueron empleadas en 20 ocasiones.
El déficit energético, que el año pasado durante su discurso del 1 de marzo, previo a la expropiación de YPF a Repsol, ocupó un lugar central en su exposición, este año no fue mencionado. Ese déficit -de 11.000 millones de dólares anuales- que condiciona toda la política del Gobierno no ha disminuido desde el año pasado. Pero Fernández sólo pronunció la palabra una vez y fue para referirse al déficit"en materia de infraestructura, de edificios, para laboratorios, para la investigación, para el desarrollo" que padecía la ciencia antes de que el actual Gobierno creara el Ministerio de Ciencia y Teconología y cambiara el "paradigma productivo".
La inseguridad ciudadana es otra de las grandes procupaciones de los argentinos. El año pasado, la presidenta sólo hizo mención a la seguridad, en tres ocasiones. Este año dijo que "hay que hablar en serio de la seguridad"; recalcó que la "materia de seguridad" es "un tema que definitivamente debemos mencionar". Y lo mencionó dos veces en la misma frase y otra en la siguiente:
En materia de seguridad, un tema que definitivamente debemos mencionar –como lo han hecho la ministra y el secretario de Seguridad–, ha habido una gran inversión por parte del Estado nacional en materia de seguridad, en lo que hace a las fuerzas que obviamente dependen. En términos de incremento nominal, la evolución presupuestaria ha crecido en materia de seguridad, de 2003 hasta la fecha, en un 681 por ciento; de 2.900 millones que se gastaban en seguridad, pasamos a gastar 23.133 millones en 2012.
En total, cuatro materias de seguridad, ninguna inseguridad, un solo crimen -pero referido al atentado de la Amia-, un "robo simple" dos "robo a mano armada", ningún homicidio, ningún asesinato. Habló sobre seguridad más que el año pasado -lo cual no es decir mucho- pero echarle el peso de la responsabilidad a los jueces, entre otros organismos, y reclamar la "cooperación de la Justicia".
La violencia machista no fue mencionada, a pesar de que un informe del Observatorio de Femicidios registró 255 mujeres muertas el año pasado, una media de cinco por semana. Quedaron huérfanos 357 hijos, de los cuales 248 de eran menores de edad.
Este era el discurso en el que Fernández iba a detallar su proyecto dedemocratización de la justicia (2 veces). Así que mencionó en 19 oportunidades la palabra reforma, juez en seis, judicial en 11 y justicia hasta en 39 veces ocasiones. Pero durante las tres horas y cuarenta minutos de su discurso, Fernández nunca pronunció la palabra corrupción. A su izquierda se encontraba sentado el vicepresidente del Gobierno, Amado Boudou, imputado por enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias. Sin necesidad de "democratizar la justicia", el vicepresidente consiguió el año pasado que dimitiera el anterior fiscal general -a quien acusó de parcialidad-, y que fueran apartados del caso el juez y el fiscal que lo investigaban. Desde entonces, la presidenta nunca mencionó el caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario