No son los mejores días para Amado Boudou. A su altísima imagen negativa, le sumó un importante rechazo dentro del propio kirchnerismo, que ve en él uno de los mayores responsables de los 4 millones de votos que se escurrieron en dos años. Así, cuentan en el Senado que el vicepresidente quedó tan golpeado por la derrota que el día posterior a la derrota se recluyó en su despacho. Y que ayer ni se lo vio.
“Está abatido, quedó muy golpeado”, resumió una fuente oficialista ante la consulta de Clarín. El motivo, además del resultado del comicio, se explica en la distancia que sintió de algunos funcionarios y legisladores en el búnker que del Hotel Intercontinental. Allí, aseguran, el vicepresidente tuvo que esbozar sonrisas de ocasión, como Cristina y el resto del kirchnerismo, con el peso extra de haber sufrido el desaire de varios funcionarios que lo responsabilizan por el desgaste que sufrió la Presidenta durante su segundo mandato a partir del caso Ciccone.
El vice quedó fuera del último tramo de la campaña. Dicen que le genera resquemor que haya sido Sergio Massa, con quien compartió la UCeDé, el gran ganador de la elección.
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