El nuevo libro define con claridad en su título el objeto de estudio: "El espía Juan Domingo Perón".
Esta publicación de la editorial Vergara cuenta la historia de cuando Perón fue agregado militar en Chile (1936-1938) y aparentemente, armó una operación de espionaje para conseguir documentos militares secretos chilenos.
Según su autor, Adrián Pignatelli, en marzo de 1936 el mayor Juan D. Perón fue nombrado agregado militar en el país vecino. Aún en una época signada por la puja de varios puntos fronterizos en discusión, la llegada del militar a la Embajada tuvo pronto su repercusión: intensa vida social con su esposa Aurelia Tizón, protagonismo como conferencista en temas militares y una popularidad que le permitió celebrar su ascenso a teniente coronel en 1936 con una gran fiesta en la sede diplomática.
Más allá de estas escenas sociales, en el libro se cuenta que Perón fue armando una red de espionaje -con fondos provistos por la presidencia de Agustín P. Justo- junto a residentes argentinos y a ex militares chilenos, para acceder a documentos militares secretos de ese país. Sin saberlo, los servicios secretos chilenos estaban al tanto de sus planes.
Cuando en enero de 1938 fue convocado en Buenos Aires para cumplir otras funciones, lo sucedió en el cargo el mayor Eduardo Lonardi, camarada de armas. Lonardi “heredó” la operación de espionaje y fue sorprendido in fraganti por las autoridades chilenas, que le tendieron una redada.
“El espía Juan Domingo Perón” de Adrián Pignatelli, está basado en la investigación que las autoridades chilenas realizaron sobre este caso. Las declaraciones de los responsables, el código secreto que había ideado Perón para elaborar mensajes cifrados, su correspondencia y el manejo del dinero para adquirir la documentación son parte de la información –mucha de ella inédita- que están volcadas en estas páginas y que ponen luz sobre un caso que, por motivos diferentes, fue ocultado a ambos lados de la cordillera.
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