A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

sábado, 25 de junio de 2016

SE DERRITE EL BLINDAJE KIRCHNERISTA

La diáspora kirchnerista no para. El núcleo de la resistencia que Cristina imaginó en el Congreso se desmorona irremediablemente. Y en este fenómeno tiene menos que ver la habilidad política del oficialismo que el impacto de la corrupción sobre el kirchnerismo y las ansias de venganza política del peronismo al destrato de la ex presidenta.
El blindaje se derrite como una manteca por una razón poderosa: nadie quiere quedar enredado en el sistema de exacción al Estado que montó Néstor Kirchner y luego se continúo inercialmente con sus herederos.
Julio De Vido ha sido una pieza política clave en este esquema. José López, su segundo en jerarquía pero preferido por Néstor, también. Ahora el ex ministro pretende desconocerlo.
Hace casi un año decía De Vido: “Quiero agradecer a todo mi equipo de trabajo...y a mi mano derecha, que es José López”. Ayer se desmentía a sí mismo: “López no era mi mano derecha. El era secretario de Obras Públicas y yo estaba a cargo de Planificación”. Si eso es todo lo que tiene que decir para salvarse de la tragicomedia de las bolsas con dólares, el convento y las monjitas, mejor que busque otros argumentos.
José Lopez, su no mano derecha, manejó durante los 12 años de la gestión de De Vido más de 100 mil millones de dólares, según se estima. No se trata de cuál de sus manos fue o no fue López.
Esa no mano derecha desató un terremoto que sacude impiadosamente al kirchnerismo, lo desgrana, y destruye –de paso– el relato triunfal que lo sostenía.
Recalde como jefe del bloque designado por Cristina, mira azorado cómo se achica el ex oficialismo en Diputados. Ese desgranamiento muestra no sólo la escasa habilidad del titular del bloque sino la falta de conducción externa. Cristina insiste con los telefonazos y las redes sociales. Los resultados están a la vista.
La autorización al allanamiento al domicilio de De Vido es un símbolo de esa situación. Se trata, también, de una evidencia de que el sistema político no puede detener el vendaval de sinceramiento que necesita para revigorizarse.
Acudir a la categoría de “persecución política” como única refutación a las evidencias de la corrupción es, además, una falta de respeto a los que verdaderamente fueron perseguidos en la Argentina. Y en esa lista no figuraron ni Kirchner, ni Cristina ni De Vido, entre otros.
Hay peronistas que están expresando ahora libremente lo que no pudieron o no se animaron a hacer poco tiempo atrás. Pero también hay sobreactuaciones que no sirven para ocultar corrupciones propias.

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