A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

jueves, 28 de julio de 2016

SECRETO DE CONFESION

El reverendo Joseph Towle en 2001

Por Guillermo dos Santos Coelho

El padre Joseph Towle escuchó en silencio el relato de un horrendo crimen. Mantuvo el silencio cuando el asesino se negó a confesar ante la Justicia. Y siguió callado cuando, por ese mismo asesinato, condenaron a dos inocentes. Finalmente el padre Towle habló, pero ya habían pasado 12 años. Su caso se convirtió en un emblema del conflicto entre deberes eclesiásticos y civiles.
Se cumplen 15 años del día en que el párroco sacó a la luz finalmente el secreto que había guardado tanto tiempo y que mantenía a dos inocentes en prisión. Ocurrió en Nueva York, pero trasladó la discusión a todo el mundo.
Towle, jesuita, era cura de la Iglesia de San Atanasio en el Bronx, cuando en una tarde de invierno de 1989 respondió al llamado de Jesús Fornes, un joven que había tomado con él la primera comunión. En su casa en el barrio Hunts Point, Fornes le confesó entre lágrimas que meses antes, y con la ayuda de un amigo, había asesinado a puñaladas a un hombre, José Antonio Rivera, en un parque del barrio.
Towle consoló y recomendó al asesino que repitiera sus palabras ante la Justicia, en momentos en que estaba en marcha el juicio a un sospechoso, José Morales, por ese mismo asesinato. Fornes dio el primer paso y habló con el abogado de Morales, pero cuando debió ratificarlo en los estrados, se calló la boca. El padre Towle también se mantuvo en silencio.
Morales fue condenado a 15 años de cárcel por ese crimen que no había cometido. También fue penado su amigo Rubén Montalvo, otro inocente.
En el torrente de violencia de las calles del Bronx, Fornes fue a su vez asesinado en una pelea callejera en 1997. Y el padre Towle mantuvo el silencio hasta fines de julio de 2001, cuando decidió ir a la Justicia a contar que los dos condenados por el crimen de Rivera habían pasado injustamente 12 años en la cárcel.
La conmoción fue grande y muchos emparentaron el caso con Mi secreto me condena, la película de Hitchcock en la que un sacerdote (interpretado por Montgomery Clift) recibe la confesión de un crimen. La vuelta de tuerca en el filme radica en que el mismo sacerdote es a su vez acusado por el asesinato.
Aún sin ese giro en la trama, el caso Towle generó una pregunta atrapante: ¿Por qué el cura tardó tanto tiempo en decir lo que había ocurrido?
“Naturalmente este proceso llevó mucho tiempo. No hay nada en mi vida con lo que yo sea más cuidadoso que con una confesión”, dijo Towle. El sigilo sacramental es inviolable, bajo pena de excomunión.
Los fiscales y los defensores de la familia de la víctima consideraron inadmisibles las declaraciones del párroco, pero la Justicia las avaló. Lo que Towle argumentó fue que -después de mucho meditar- se había dado cuenta de que su conversación con el verdadero asesino no había sido una auténtica confesión, en el sentido sacramental que le da la Iglesia, sino una charla íntima.
En esa línea, tuvo el apoyo de la arquidiócesis de Nueva York, aunque Towle admitió ante el juez que la charla con Fornes había finalizado con una absolución…cómo ocurre en las confesiones.

Morales salió de la cárcel tras el testimonio del cura Towle, y luego de que el juez Denny Chin eliminase los cargos sin condiciones y con fuertes críticas a todo el proceso. Lo primero que hizo fue visitar a su hijo de 12 años, nacido unos meses después de que llegara a prisión. Curiosamente, o no tanto, Morales sólo tuvo palabras de agradecimiento para el cura Towle.

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