SOLO FALTA INVESTIGAR EL APARATO DE INTELIGENCIA DE MILANI

Por Daniel Santoro

Sin la protección política y judicial del kirchnerismo, Milani con su procesamiento por encubrimiento de la desaparición del soldado Ledo quedó ayer en el peor de los mundos de tribunales. El ex jefe del Ejército de Cristina Kirchner ya está procesado por enriquecimiento ilícito, detenido por el secuestro y tortura de tres militantes políticos de La Rioja y ahora procesado por uno de los más graves delitos: la desaparición de un soldado bajo bandera, uno de los peores crímenes de lesa humanidad. Durante el kirchnerismo, pese a que Clarín destapó en julio de 2003 el caso de Ledo, Milani fue ascendido meteóricamente desde la subjefatura de Inteligencia del Ejército hasta la comandancia. Apoyaba al proyecto “nacional y popular”, pese a que desde los tiempos de la presidencia de Julio Roca, el Ejército debe ser neutral y de todos los argentinos. Hasta que en junio de 2015 y luego de una nota de ese diario sobre su amigo y camarada el mayor Marcelo Granitto, nombrado en la causa en que se investiga la desaparición de guerrilleros en la sangrienta toma del Regimiento de La Tablada de 1989, el entonces candidato a vicepresidente y secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini sorpresiva y misteriosamente lo echó. En fuentes judiciales se afirmó que Zannini no expulsó a Milani solo por designar como coronel mayor a Granitto, sino porque “La Tablada esconde un secreto explosivo” que no quiso identificar. Hasta ese momento, Milani tenía el apoyo férreo de Cristina Kirchner quien se había apoyado en su “aparato de inteligencia paralelo” para echar al ex director General de Operaciones de la SIDE, Antonio Stiuso, en diciembre del 2014 por la crisis provocada por la firma del pacto con Irán y luego la muerte violenta y misteriosa del fiscal Nisman. Y precisamente, la deuda de la Justicia con Milani es investigar ese aparato militar que habria hecho espionaje ilegal contra jueces, opositores, empresarios y periodistas. Pero para los jueces es difícil encontrar pruebas del trabajo subterráneo de los topos. Sin embargho, una ex espía comentó: “Si los jueces quieren investigar, qué averiguen para qué contrató casi 2 mil PCI (personal civil de inteligencia) retirados y los pagó con los suculentos fondos reservados que le dio Cristina”. Por estas acusaciones Milani está siendo investigado por dos jueces, Julián Ercolini y Claudio Bonadio. En diciembre la Cámara Federal ordenó a Bonadio que cite a Stiuso a declarar como testigo por sus dichos sobre el “aparato de inteligencia paralelo” de Milani y, el fiscal Germán Moldes, quiere además, un careo con Milani. Pero el objeto de la causa de Bonadio es la compra y el supuesto uso ilegal de equipos para la dirección de Ciberdefensa del Ejército del Ejército. Bonadio se maneja en esta causa con pies de plomo porque no confia en nadie pero sabe que más tarde o temprano tendrá que citar a Stiuso, quien estaría dispuesto como ya hizo en la causa por la muerte de Nisman, a dar datos sobre Milani, el ex jefe de Gabinete, Aníbal Fernández y otros. E incluso en tribunales habría un audio de Cristina pidiendo “agentes de civil” para un acto político.