Por Jorge Omar Alonso
Esto que se vivió en La Plata durante la asunción del gobernador Scioli, será una muestra más de los enfrentamientos políticos propios del peronismo . El fundador del movimiento siempre sostuvo que el peronismo era eso: un movimiento, no un partido y como aquel, podía albergar las mas variadas tendencias. Y es entonces que de este modo afloraron conflictos entre las agrupaciones que componen hoy el régimen: la “JP”, “la Kolina” y “La Cámpora” enfrentados a los “sciolistas”, grupos todos de facciosos que le van a hacer la vida imposible a este gobernador, siempre vapuleado por todos lados y carente de poder. En el referido acto de asunción estos facciosos pugnaron por ingresar al Palacio Legislativo a pesar de la falta de acreditación con la idea de alcanzar palcos.Resultado cantado: se armó una pelea entre estos impresentables. Ya el ministro Casal había ordenado que quien no tuviere acreditación no entraría, actuando la Policía en consecuencia ante los disturbios. Pero el Sr. Scioli, ordenó por otro lado que no se reprima y se deje pasar a los revoltosos. ¿Y a que no saben que pasó?: Eso mismo caro lector, eso mismo que Ud. piensa: se optó por hacerle pagar los incidentes a la Policía, con la desafectación del personal interviniente. Final lógico: como siempre, paga la Policía. Entonces nos preguntamos ante este tipo de acontecimientos de orden político, en los cuales actúan estas agrupaciones de revoltosos: ¿que hacer? Respondemos nosotros: que se maten puntualmente! Nada se ha de perder. No son obreros, empleados, maestros, jubilados o necesitados pidiendo mejoras sociales. Son delincuentes de la política pugnando por una migaja de poder y nada más. No es posible este manoseo canalla que le hace padecer a la Policía, la clase gobernante con su indolencia. Y habrá más porque quien ocupa nuevamente la gobernación carece totalmente de poder. El verdadero ya se ha visto está en la Rosada, desde donde le han de imponer las políticas de seguridad a gusto de Garré, Arslanian y el ex delincuente subversivo Verbitsky. Pasando lógicamente por la consabida erosión de la Institución policial.
(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Jorge Omar Alonso por gentileza de su autor.
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