A MODO DE PRESENTACION

Ya esta. El sueño se cumplió. Dejare de escribir en las paredes, ahora tengo mi pagina propia. Soy un periodista de alma, que desde hace 40 años vive y se alimenta de noticias. Tenia 18 años cuando me recibieron en El Liberal de Santiago del Estero, el doctor Julio Cesar Castiglione, aquien le debo mucho de lo que soy me mando a estudiar dactilografia. Ahí estaba yo dando mis primeros pasos en periodismo al lado de grandes maestros como Noriega, Jimenez, Sayago. Gracias a El Liberal conocí el mundo. Viaje varias veces a Europa, Estados Unidos, la lejana Sudafrica y América del Sur, cubriendo las carreras del "Lole" Reutemann en la Formula 1. Después mi derrotero continuo en Capital Federal hasta recalar para siempre en Mar del Plata, donde nacieron tres de mis cinco hijos y conocí a Liliana, el gran amor de mi vida. Aquí fui Jefe de Redacción del diario El Atlántico y tuve el honor de trabajar junto a un enorme periodista, Oscar Gastiarena. De el aprendí mucho. Coqui sacaba noticias hasta de los edictos judiciales. Bueno a grandes rasgos ese soy yo. Que es Mileniomdq, una pagina en la web en donde encontraras de todo. Recuerdos, anedoctas, comentarios. Seré voz y oídos de mis amigos. Ante un hecho de injusticia muchas veces quisistes ser presidente para ir en persona al lugar y solucionar los temas. Eso tratare de ser yo. Una especie de justiciero ante las injusticias, valga el juego de palabra. No faltaran mis vivencias sobre mi pago, Visiten el lugar, estoy seguro que les gustara. Detrás de mis comentarios idiotas se esconde un gran ingenio.

martes, 19 de febrero de 2013

TUCUMAN: 70 AÑOS DEL CAMINO A LOS VALLES



Mi tata contaba que la noche que se inauguró el camino a Tafí del Valle, él con su tata y el tío Raúl, llegaron de a caballo, desde Tucumán. Y que el abuelo les dijo a los hijos que recordaran bien cómo era el pueblo, porque la ruta lo arruinaría del todo. Setenta años después el vaticinio está más que cumplido.

                                                                                                          Juan Manuel Aragon
El camino a Tafí del Valle (ruta 307) acaba de cumplir 70 años, ya que se habilitó el 17 de enero de 1943. En la actualidad, está sustancialmente mejorado. Las obras -cuyo trámite continúa- ejecutadas en esa vía que conduce al máximo centro turístico de Tucumán, deben marcarse como una realización de destacada importancia. Las mismas no solamente han disminuido, de modo considerable, la dificultad y el peligro que encerraban ciertos tramos, por medio de trabajos de envergadura, sino que también la han ensanchando considerablemente, además de repavimentarla. 

En suma, la enorme cantidad de automovilistas que, en vehículos de diverso porte, van y vienen por la ruta 307, han visto altamente beneficiadas su seguridad y la comodidad en el manejo. Esto tiene, repetimos, gran trascendencia, dada la cantidad de personas que acuden a esos bellos parajes en todas las épocas del año, y especialmente en el verano. 

Apuntaremos algunas situaciones, en ese escenario, cuyo mejoramiento sería deseable. En primer lugar, debía insistirse en la educación vial de los conductores. A cada rato la marcha de la hilera de vehículos se torna exasperantemente lenta, porque muchos quieren conducir con demasiada lentitud, y no se hacen al costado para permitir el paso de quienes lo hacen a una velocidad más adecuada. En ese sentido, debieran imitar a los ómnibus y camiones, que cuidan -colocándose a un lado- de mantener una razonable fluidez en la circulación. 

También está el caso opuesto, de automovilistas que guían a excesiva velocidad, creando un riesgo no sólo para ellos sino para los terceros. Esto sucede también por falta de educación vial, y por la ausencia de controles apostados a lo largo de esa vía, no en el llano sino desde que se inicia realmente el ascenso: o sea desde el Monumento al Indio en adelante. Sería deseable esa presencia policial, para evitar desbordes que crean obvias situaciones de peligro. 

En otro orden, no se ha solucionado el tema de las antihigiénicas instalaciones de venta de comida y artesanías surgidas el torno al citado Monumento, y que dan al lugar un tono propio nada satisfactorio. Nos parece que debieran demolerse los antiestéticos "boxes" que alguna vez se construyeron sin atención alguna al entorno -y que nunca se usaron- y organizar lo demás, para dar a ese punto, donde tantos viajeros se detienen, un aire menos deprimente que el actual. 

Agreguemos otras cuestiones menores. Creemos que los políticos y sus partidos debieran cesar el constante pintarrajeo de leyendas proselitistas sobre las piedras y las pircas de la ruta: es algo que daña el ambiente y dice poco a favor de nuestra cultura. 

Lo que sí debiera ser cuidadosamente repintado, son las letras de hierro adosadas a un paredón que, en las proximidades del Monumento al Indio, recuerdan al ingeniero Richard F. Maury, visionario proyectista de ese camino. Fueron colocadas hace 70 años, y pareciera que jamás se las repintó desde entonces, dado el herrumbre que las cubre. 

Y, en el tema de letreros, es injusto e inexplicable que, al renovar la cartelería, se haya retirado el letrero que rezaba "Puente Ingeniero Roberto Robles Mendilaharzu" en La Angostura, a la entrada del valle, reemplazándolo por uno que dice "Río Los Sosa". Hay que recordar que ese profesional, que presidía Vialidad por entonces, fue quien dirigió la construcción de la ruta, y hasta escribió un libro sobre la obra. La posteridad debe ser agradecida y respetar la nomenclatura oficial.

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