El entrenador con más continuidad al frente de una selección europea dejó su cargo después de quince años. Posiblemente muchos no lo conozcan, ya que no logró ningún título. Tampoco se clasificó a un Mundial ni fue protagonista en las Eliminatorias. Es más, ni siquiera ganó un partido. Se trata de Giampaolo Mazza, quien se despidió de la selección de San Marino con una estadística para el olvido.
Desde su debut en 1998, Mazza dirigió 76 partidos y sólo pudo sumar un punto. Fue en el empate 1-1 ante Letonia, en 2001, por las Eliminatorias para el Mundial de Corea-Japón 2002. Todos los demás encuentros terminaron en derrota, incluidos, lógicamente, los diez que San Marino disputó durante la clasificación a Brasil 2014. En estos últimos, el equipo marcó un solo gol (1-5 ante Polonia) y recibió 54.
La causa de tantas caídas tiene una explicación. San Marino deambula por los últimos puestos del ranking de la FIFA y cuenta con un equipo prácticamente amateur, sin jugadores nacionalizados. “Para una selección como la nuestra, anotar un gol es una satisfacción muy grande. No podemos competir de igual a igual con países que son mucho mejores que nosotros y menos aún con las potencias”, dijo Mazza el pasado 10 de septiembre, cuando su equipo le anotó un tanto a Polonia.
El único triunfo de Mazza al frente de San Marino fue en un amistoso ante otra selección modesta: Liechtenstein. Fue 1-0, allá por 2004. Ante el mismo rival y en otro amistoso, el equipo había podido arañar un empate 2-2; otro partido histórico, ya que fue el único en el que San Marino marcó más de un gol. “El equipo ha mejorado en los últimos años y siempre jugamos con coraje. Lo que más lamento es que nunca ganamos un partido oficial, pero estoy orgulloso de no haber usado nunca un jugador nacionalizado”, dijo el DT después de dejar su cargo el viernes pasado.
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