Por Lucho Martinez Tecco
LAS DOS CARAS. Los de River y Boca, los que cantaron y saltaron toda la noche en el Minella.
Como siempre, como cada verano, los funcionarios de turno, sea del oficialismo como de la oposición, se hicieron presentes en el estadio José María Minella para mirar Boca – River. Además, diversas figuras del ambiente mediático, como ex y actuales futbolistas. Por otra parte, fueron lamentables los cantos xenófogos de los hinchas “Millonarios” para con los “Xeneizes”. También volaron varias butacas en la tribuna descubierta.
Boca – River o River – Boca es y seguirá siendo el mejor escenario para los políticos de turno. La mejor vidriera para mostrarse en sociedad, aprovechando en esta ocasión un año verdaderamente político (por más que siempre lo sea), apuntalado por las elecciones legistativas.
Como ocurre casi todos los enero en Mar del Plata, el legislador Francisco De Narváez (Unión Celeste y Blanco) es un abonado para esta clase de partidos. En medio de flashes fotográficos y saludos, entró al José María Minella acompañado por Diego Santilli (ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires), también muy saludo por los presentes.
Del ambiente político local, el ahora “mediático” Adrián Alveolite (subsecretario de Control de la municipalidad de General Pueyrredon) fue uno de los que no se quiso perder el partido más importante del verano
En el rubro deportivo, la figura más importante de la noche fue Alejandro Sabella, entrenador de la Selección Argentina de Fútbol. ¿A quién habrá ido a ver? Además, el exfutbolista Sebastián Rambert (con pasado en River e Independiente, entre otros), Mariano Herrón (actualmente en Aldosivi) y Rolando Schiavi (ex Boca y ahora en un club chino).
Por otra parte, el reconocido escritor Martín Caparrós, confeso hincha de Boca y crítico del kirchnerismo, también se hizo presente en el Mundialista.
Los inadaptados de siempre: cantos xenófobos y butacas “voladoras”:
Los hinchas de fútbol no aprenden más. Pese a las campañas en contra de la discriminación, siguen coreando cánticos xenófogos, que no conducen a ninguna parte. “Son de Bolivia y Paraguay”, le gritaron una y otra vez los simpatizantes de River a Boca. De hecho, en dos ocasiones, el árbitro Lunati tuvo que parar el partido.
La otra mancha fue el grado de violencia que se vivió en la tribuna descubierta. Antes, durante y luego del partido, de ambos sectores volaron butacas hacia el otro lado. Hasta el momento, no se detectaron heridos ni golpeados, pero no se necesita sangre para repudiar este acto vandálico, de quienes levantan la bandera de sus colores bajo un nivel de estupidez total.
A MODO DE PRESENTACION
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