Por Mariano Gaviria
Mil metros de longitud por casi 4 de alto, cuatro mil litros de pintura, dos mil personas que trabajaron durante cuatro meses, todo para un solo objetivo: que Mar del Plata tenga el mural más grande del mundo. Así, sin rodeos: en verano La Feliz tiene playas para todos los gustos, la cartelera de espectáculos más variada del país, posee decenas de actividades como el puerto, los museos o el casino, y ahora también suma una nueva atracción sobre la escollera sur. La posibilidad de recorrer la historia de la ciudad a través de los dibujos en la pared de más de un kilómetro de extensión que quieren que se transforme en un nuevo récord Guinnes.
El paseo por la famosa Escollera Sur es uno de los imperdibles de la ciudad, a 20 minutos en auto desde el Casino Central, es el lugar perfecto para ubicarse dentro del mar -sobre el muelle- y observar desde ahí la inmensidad de Mar del Plata. Pero ahora ese recorrido suma un nuevo encanto. Donde antes había sólo bloques de hormigón, grises y despersonalizados, ahora hay color, dibujos, vida, y una verdadera obra de arte a cielo abierto.
"Usted está a 700 metros de la reserva de los lobos marinos y del mural más grande del mundo", se lee en un cartel antes del ingreso. Aunque los promotores de la idea digan que en realidad esa no fue la intención: “Queríamos darle algo nuevo a la ciudad y aprovechamos los bloques de hormigón que sirven como cortaviento para pintarlo. Se nos ocurrió que ahí podía estar la historia de mardel, desde sus inicios hasta hoy. Pero cuando terminamos empezamos a ver la dimensión real de lo que habíamos hecho y revisamos números y longitud. Nos dimos cuenta que teníamos frente a nosotros el mural más grande del mundo”, cuenta Roberto Pennisi, el ideólogo del plan.
Roberto, dueño de una empresa de conservas de pescados, ahora también es un experto en murales: “Investigamos y nos enteramos que en el barrio de Barracas había uno muy grande 2mil metros cuadrados, pero luego fue superado por otro que se hizo en Río de Janeiro para las Olimpíadas, de 3 mil metros cuadrados. El nuestro lo supera y ya enviamos la solicitud a los récords Guinnes para que vengan a verlo”, se entusiasma.
Las pinceladas fueron hechas por toda la comunidad marplatense: colegios, clubes, colectividades, médicos, abogados. Todos fueron dirigidos por la artista plástica Emilia Leo, quien hizo el boceto principal y que a pesar del frío -cuando comenzaron a pintarlo en septiembre del año pasado- decidieron dejar su huella e intervenir la enorme pared. El recorrido pasa por el bandoneón de Astor Piazzola, la poesía de Alfonsina Storni, la Rambla, el Torreón del Monje, el surf, los acantilados, el puerto, entre otros.
Además mientras se viaja por la cultura marplatense a través de los dibujos del mural, en lugar de ver los turistas intentar clavar su sombrilla, los que caminen por allí se cruzarán con decenas de lobos marinos echados, tomando sol. Es una reserva que sólo tiene machos que fueron rechazados por las hembras y que se agrupan, todos juntos, en el mismo lugar. Son más o menos 800 y están ahí esperando que llegue el próximo diciembre para encontrar a su media naranja en las costas uruguayas.
El viento es fuerte y a veces unas gotas de agua salpican. Sucede que las olas rompen constantemente contra ambos lados de la escollera. Se siente fuerte el sonido del viento, del mar y de las gaviotas que sobrevuelan la zona. Un lugar especial para ir, en pareja o solo, a relajarse. Y también para sacarse una selfie, con lo que esperan se oficialice pronto, como el mural más grande del mundo.
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