Murió antes de cumplir los tres años y tuvo tres funerales. Pero antes de saber porqué, su historia.
En mayo de 2016, en una casa cercana a la Universidad de San Francisco, en Estados Unidos, encontraron un pequeño ataúd de metal mientras hacían una reforma en el garage. La dueña de la casa, Ericka Karner, quedó en shock con el hallazgo.
Dentro del ataúd había una niña, de tres años de edad, "conservada intacta, con la piel y el pelo", "con una rosa roja aún en su mano y un tocado de flores de lavanda en la cabeza", según los datos del informe forense. ¿La fecha de su muerte? Unos 145 años atrás. Las hijas de Ericka Karner la bautizaron Miranda Eve y se emprendió una investigación para saber quién era realmente esa niña que volvía del pasado.
Este martes el misterio finalmente quedó develado. Se supo quién fue Miranda Eve. Miranda Eve en realidad se llamó Edith Howard Cook y murió el 13 de octubre de 1876 de desnutrición grave. O "marasmo", como llamaban en esa época. Fue una de las 30.000 personas que fueron enterradas en el viejo Cementerio Odd Fellows que funcionó hasta 1920.
Miranda -o Edith- murió seis semanas antes de cumplir los tres años y sus padres se llamaban Horatio Nelson y Edith Scooffy Cook. Toda la investigación para descubrir su identidad demandó más 1000 horas de estudio, la lectura de casi 30 mil registros funerarios, el análisis de mapas de 1870 y del Cementerio Odd Fellows y la composición del ADN de la niña. Con los datos que obtuvo luego de semejante tarea, la genealogista Elissa Davey (fundadora del Garden of Innocence Proyect) rastreó a familiares que estuvieran vivos y armó su árbol geneálogico.
"Es probable que estuviese enferma y que en algún momento su sistema inmunológico no pudiera combatir la enfermedad y probablemente haya entrado en coma", dijo Eerkens.
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